Santa Teresita debió retomar su actividad de temporada de verano luego del brutal y estremecedor crimen de Tomás Tello en la madrugada del 1 de enero. Este jueves, a horas del hecho, las playas de la ciudad balnearia se encuentran repletas de personas que disfrutan sus vacaciones.

Mientras continúa la investigación, en la cual los 10 detenidos fueron trasladados a Dolores luego de negarse a declarar, Santa Teresita volvió a su habitual rutina, pero bajo un dolor inmenso.

Las playas de Santa Teresita están repletas de turistas. Foto NA: JOSÉ SCALZO
Las playas de Santa Teresita están repletas de turistas. Foto NA: JOSÉ SCALZO

Es que este caso generó un recuerdo latente de las personas con el crimen de Fernando Báez Sosa ocurrido en Villa Gesell en enero de 2020 donde hace un poco menos de un año ocho rugbiers fueron condenados en el TOC 1 de Dolores.

Arena, agua, fútbol, tejo, mate, churros, familia y amigos. Esa es la postal que se observa en las playas de la ciudad a horas del asesinato que sacudió la temporada de verano.

A pesar de que muchos turistas son conscientes de lo que ocurrió y que la prensa invadió la ciudad por el brutal hecho, siguen disfrutando los días a puro sol que le entrega la Costa.

Turistas disfrutan del mar cerca del muelle donde ocurrió la pelea. Foto NA: JOSÉ SCALZO
Turistas disfrutan del mar cerca del muelle donde ocurrió la pelea. Foto NA: JOSÉ SCALZO

Aun así, la casa ubicada en la calle 44 y costanera donde murió Tomás, es protagonista de cientos de charlas y relatos de personas que reconocen la fachada.

Esto sucede porque varios videos difundidos en redes sociales muestran que en dicha vivienda fue donde la víctima cayó tras recibir la puñalada y se convirtió en un “símbolo de justicia”.

Algo similar ocurrió en la puerta del boliche Le Brique en Villa Gesell o el árbol donde murió Fernando, que se transformaron en santuarios de la memoria.