Adicciones: Por qué las recaídas son esperables y cómo pueden prevenirse
Cuáles son las adicciones más comunes, sus causas y por qué están relacionadas con nuestros traumas. Conversamos con una licenciada en neuropsicología y retomamos el análisis del psiquiatra francés Gabor Maté.
Para quitar el dolor de manera inmediata, escapar por un rato de la realidad que atormenta, para callar la angustia, para sentirse valientes: Estas son algunas de las tantas causas aparentes que pueden llevar a que, cualquiera persona, casi en cualquier momento de su vida, acuda a sustancias o desarrolle comportamientos que la hagan “sentir mejor” en el corto plazo, aunque tendra consecuencias negativas en el corto, mediano y largo plazo.
La necesidad de minimizar momentáneamente todas esas faltas (esconder el trauma), la convencen de consumir eso que promete aliviar el dolor, aunque no lo resuelve.
Como dice el reconocido psiquiatra francés Gabor Maté en el documental “La sabiduría del trauma”, el hambre, la violencia, la discriminación, entre tantos otros factores que nos vulneran como ciudadanos (y personas humanas), nos van minando el camino. Él se pregunta, "¿podemos ser seres humanos dentro de esta civilización? Porque lo que llamamos civilización niega las necesidades humanas”.
Para pensar en adicciones es interesante el planteo que el experto realiza en relación a la naturaleza de la adicción y su relación con el trauma. “La adicción nunca es una elección ni en enfermedad genética, en realidad es un intento de resolver un problema profundo de la vida puesto por un trauma generalmente de la infancia”. En líneas generales, Maté considera que los traumas del pasado pueden crear ciertas adicciones, a la que define como “cualquier comportamiento donde una persona encuentra placer o alivio temporal y por eso lo anhela, pero luego sufre consecuencias negativas y no puede detenerse. Si existe incapacidad para dejarlo es una adicción”.
Entre las preguntas que tienen presencia en el documental, el psiquiatra responde con argumentos científicos acerca de por qué explorar hacia el interior del trauma es la mejor manera de comprender qué nos pasa, por qué nos pasa y cómo podemos sanar. “Solo quiero que la gente vea la verdad. Las soluciones surgen de las personas cuando se enfrentan a la verdad, cuando no le temen a la verdad”, resalta con convicción.
En el país, la Ley Nacional de Salud Mental (26.657), reconoce a la salud mental como un proceso determinado por componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona.
¿A qué llamamos adicciones?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una adicción es “una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Se caracteriza por un conjunto de síntomas y signos en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales”.
“Esa necesidad o impulso irreprimible de entrar en contacto con algún elemento puede tratarse de sustancias psicoactivas, entre las más comunes el alcohol y las drogas, aunque también hay personas adictas al juego, al sexo y a la tecnología, entre muchas otras formas que toma la adicción”, introduce a NA Cynthia Zaiatz, licenciada en neuropsicología y Jefa del departamento de Salud Mental del Sanatorio Modelo de Caseros.
Entre las adicciones más habituales, resalta “la adicción al tabaco, al alcohol, a las drogas ilegales y legales. También existen otras menos conocidas, pero igual de perjudiciales, como puede ser la adicción al juego, al sexo, a la pornografía, a las series, entre tantas otras más”.
La recaída: ¿por qué es esperable, aunque indeseable?
Zaiatz asegura que en "un 80 por ciento de los casos, cuando nos encontramos en la etapa de recuperación ocurren recaídas esperables. La recaída implica una falla en el intento de esa persona por mantener el cambio de una conducta que estaba realizando. Entonces, en el caso de las adicciones, la recaída, podemos decir que es cualquier cosa considerada como volver a el uso de la sustancia adictiva luego de un determinado período de abstinencia”, detalla.
“Las recaídas son esperables, aunque por supuesto no son deseables”, remarca y lo detalla: “El proceso siempre es el mismo: Luego de tomar la decisión de querer dejar la adicción, aparece un periodo de abstinencia efectivo –depende de cada paciente, pueden ser semanas, meses, incluso años-, y en la gran mayoría de los casos, se ve interrumpido por una primera recaída”.
Dice que la recaída es común y hasta esperable porque, en la gran mayoría de los casos las personas con adicciones creen que “ya lo superaron”, que por un vaso de alcohol o una dosis mínima de marihuana o cualquier otra sustancia con la que se tiene adicción, no van a recaer, que van a poder controlarlo. Y eso no sucede y la fuerza de voluntad no alcanza.
“Se dicen a sí mismos que ya se curaron, porque de verdad lo piensan, y se creen de verdad que no les va a pasar nada. Y ahí está la recaída. La persona tiende a negar que va a volver a tener una adicción porque piensa que está curada, porque ya pasó el síntoma de abstinencia. Pero no es así y ante esos ‘permisos internos’ llega la recaída. Entonces, el lema que siempre refuerzo es el del ‘no a la primera’: ni un sorbo de alcohol, ni una pitada de cigarrillo, ni una mínima dosis de sustancias psicoactivas. No alcanza con decirse a sí mismo ‘yo puedo, yo ya salí”, argumenta.
¿Cómo prevenimos las recaídas?
La prevención mayor es la decisión de no volver a tomar, ni a consumir, ni a acudir a esa sustancia que te provoca daños en la salud.
La humildad también es fundamental: Recordar diariamente que la adicción no se cura, que se necesita de ayuda profesional y de voluntad individual. Que la determinación de no hacerlo es personal y es una decisión que se deberá a tomar a diario.
“La decisión se toma todos los días: Solo por hoy no tomo, solo por hoy no fumo. Y al mismo tiempo, será fundamental el acompañamiento de familiares y del grupo de amigos o colegas con quien decidas juntarte, si apoyan o no tu decisión de sanarte”.
Algunas señales que indican que se está en presencia de una posible adicción
- Uso o consumo desmedido y continuo del elemento adictivo;
- Irritabilidad, desánimo y cambios de humor bruscos cuando no se entra en contacto con dicho elemento;
- Falta de compromiso y responsabilidad con respecto al trabajo, las tareas académicas o del hogar;
- Deterioro de la salud física y mental y de la calidad de vida en general;
- Dificultades para relacionarse social y afectivamente.