Quienes hayan aprovechado para las Navidades una oferta de horma entera de 4,8 kilos de jamón crudo La Casona en $117.850,92 y una de cocido Calchaqui, de 3,5 kg, en $53.990, afrontan el desafío de que duren en buen estado para ambas fiestas.

Es más con el jamón cocido que con el crudo. El serrano, por ejemplo, generalmente se conserva por más tiempo.

Sin embargo, los jamones no tienen fecha de caducidad, pero debe verse a que no se resequen. Así que una vez abiertos, lo mejor sería no pasar de un mes para consumirlos.


La temperatura ideal para conservar una pata de jamón es entre los 10 y 15 grados .Foto: Agencia Noticias Argentinas - Freepik.
La temperatura ideal para conservar una pata de jamón es entre los 10 y 15 grados .Foto: Agencia Noticias Argentinas - Freepik.

Bien sellados y refrigerados pueden ir durando entre 2 y 3 semanas. 

En cambio, el cocido se mantiene en el refrigerador aproximadamente entre 5 y 7 días.

Eso sería en líneas generales, pero hay algunos trucos para prolongar la frescura, como almacenar los alimentos en recipientes herméticos y en la parte más fría de la heladera.

El olor que vayan despidiendo dará la pauta de si todo marcha bien. 

Recipiente y clima

Para conservar bien un jamón o una paleta una vez abiertos, hay que colocarlos en el jamonero y que la temperatura ambiente se encuentre entre 20 y 23 grados.

Otro de los detalles a tener en cuenta es que, para saborear al máximo un jamón serrano, lo mejor sin duda es cortar sólo lo que se va a consumir en el momento.

La temperatura ideal para conservar una pata es entre los 10 y 15 grados, muy similar a los secaderos de donde proceden.

Si no se puede mantener esa temperatura en el ambiente, se debe buscar un rincón adecuado en la cocina donde no refleje el sol, o en una despensa, que normalmente se mantiene fresca y seca por sí misma.

Algunas veces, en el exterior o alrededor de la carne suele crecer un poco de moho. Pero esto no supone ningún problema y es un proceso natural.

A la hora del corte, se saca la parte enverdecida y listo.

Lonjas de reserva

Al abrir por primera vez el jamón es conveniente guardar algunas lonjas de la grasa que se va retirando antes de empezar con las sabrosas lonjas, que se usan para colocar encima de la pata al terminar, de modo de conservarla hidratada y con todo su sabor.

Los jamones no necesitan frío, por lo que en algunos tipos se podría prescindir de meterlos en la heladera. 

Simplemente, envolverlos con papel parafinado o filme de cocina para que no se sequen con el aire y después cubrirlos con un paño de algodón a fin de conservarlos en la máxima oscuridad posible.

Un jamón serrano de calidad se tarda mucho en consumirlo, una de las opciones más interesantes para conservar todo su sabor es lonjearlo completamente y envasarlo en sobres al vacío.

De esta forma, solo se requiere abrir los sobres cuando se lo va a consumir, sin necesidad de que se reseque ni estropee.

Los expertos consideran un grave error intentar hidratar el jamón con aceite de oliva u otras grasas, ya que eso altera gravemente su sabor.

Si cuando llegue el momento se hacen dados de jamón, se conservan muy bien al vacío en una fiambrera o en un sobre hermético. Se los puede meter en la heladera para cocinar con ellos o tomarlos como tapita.