La democracia moderna nos permite cambiar o ratificar el curso de los gobiernos de manera pacífica: votando. Las elecciones al recoger el sentir de la ciudadanía, le imponen al sistema institucional un límite y está bien que así sea.

Estas elecciones legislativas son particulares, la pandemia nos ha desgastado, todos hemos perdido algo, la angustia y el miedo nos dificultan conectarnos con la agenda (muchas veces burocrática) electoral.

Es paradojal, porque es el momento donde tenemos que hacer valer nuestro juicio, sobre tantas cosas que nos han pasado y también sobre el comportamiento de cada uno de los actores políticos.

Sabemos que cuando más asediados estamos, no vemos opciones, nos ensimismamos.

Es evidente que el país siente el peso de una conducción del Estado poco profesional, de la banalización de los problemas profundos, de las impostaciones futboleras sobre temas delicados, de la falta de ejemplaridad.

Pero esa coyuntura no nos debe confundir. No se trata de un problema de estilo o de personas, hay un “status quo” que condiciona el debate y dificulta el cambio.

Argentina necesita un cambio de paradigma.

Sin embargo, en este proceso electoral bonaerense hay una novedad política que debe destacarse: hay una lista que ha recorrido la Provincia destacando el agotamiento de nuestra agenda actual, recurrente y pobre conceptualmente, señalando los motivos de nuestro largo declive, usando un lenguaje inusual, apelando a conformar una épica contemporánea, transversal, no complaciente.

Con Facundo Manes en la cabeza de lista, desde “Dar el Paso” hemos tratado de ofrecerle a nuestros ciudadanos y ciudadanas un horizonte por el que valga la pena movilizarse. Estamos comprometidos en que el sentido de la acción publica es ir en busca de soluciones que nos hagan sentir bien en lo personal y sentir parte de un proceso que nos excede en términos sociales.

Argentina es mucho más que este presente triste, somos una nación que le abrió los brazos al mundo que cobijo perseguidos y soñadores, que aquí pudieron prosperar porque nos comprometimos con la tolerancia religiosa, social y política, somos una nación que puso al estado al servicio de la educación y desde las aulas construimos ciudadanos libres, somos una nación que lleva en su ADN el registro de la equidad y la diversidad. Argentina nos pertenece a todos y todas.

No saldremos sin visión, esfuerzo compartido, rigor técnico y sentido trascendente. El paradigma del conocimiento que debemos abrazar no es un capricho, es el requisito necesario para restaurar la heridas de nuestra nación desde un lugar constructivo.

Hoy nos toca dar un paso esencial que nos permita superarnos a nosotros mismos. Tenemos que construir el ecosistema del conocimiento, desde la estimulación temprana hasta la globalización de nuestras cadenas de valor, desde el sistema estadístico hasta la apuesta por una nutrición más equilibrada y saludable.

Que el acto de votar sea una rutina es una conquista de estos cuarenta años de cultura democrática, que deje de ser una rutina para cambiar la agenda de nuestros debates es el desafío que tomamos porque amamos genuinamente al país.

(* - Fabio Quetglas es diputado nacional -UCR- y precandidato a diputado de la Nación por Juntos en la provincia de Buenos Aires).