El juez de la Cámara Federal de Casación Gustavo Hornos se ratificó a sí mismo en una causa en la que la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, lo recusó a él y al camarista federal Mariano Llorens en el expediente conocido como “Ruta del Dinero”.

La decisión se relaciona con un laberíntico derrotero judicial: Cristina Kirchner recusó a Llorens como integrante del tribunal que debe revisar su sobreseimiento en la Causa Ruta del Dinero, dictado por el juez Sebastián Casanello a instancias del fiscal Guillermo Marijuán.

Llorens rechazó la recusación y esa decisión fue confirmada por el camarista Eduardo Farah, pero la defensa de la vicepresidenta apeló el fallo ante la Casación.

Allí, el expediente quedó en manos de Hornos, a quien Cristina Kirchner también recusó por “temor de parcialidad” a raíz de sus conocidas reuniones con el ex presidente Mauricio Macri.

Hornos tomó dos decisiones: rechazó la recusación y respaldó la continuidad del camarista federal Llorens.

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La defensa de la vicepresidenta recurrió ambas decisiones: sobre Hornos pidió una “casación horizontal” (que otro juez de la misma jerarquía revise si puede o no intervenir en la causa) y sobre Llorens, un “recurso extraordinario” para llegar hasta la Corte.

Hornos rechazó ambos planteos, por lo que a Cristina Kirchner sólo le queda una instancia más: ir en “queja” ante la Corte Suprema de Justicia.

Todo ese galimatías procesal mantiene frenada la resolución de fondo sobre la Causa Ruta del Dinero, en la que la Cámara Federal debe resolver si acepta a una ONG vinculada con Juntos por el Cambio como querellante.

Si ello ocurriera, el sobreseimiento a favor de la vicepresidenta podría ser revisado y la causa, que hoy está sobreseída, resultaría reabierta.