El camarista de Casación Gustavo Hornos se excusó de seguir interviniendo en la causa en la que se investiga al empresario jujeño Carlos Pedro Tadeo Blaquier por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.

Los colegas de Sala de Hornos,  Mariano  Borinsky y Javier Carbajo, aceptaron la excusación en virtud de que las partes del proceso podrían tener temor de “prejuzgamiento”.

En marzo de 2015, Hornos integró el tribunal de Casación que revocó el procesamiento de Blaquier, lo convirtió en “falta de mérito” y, de esa manera, precipitó una demora de más de cinco años en la tramitación del expediente.

Hornos reconoció: “ante la intervención anterior que he asumido en el presente, debe tenerse en cuenta que las partes que se presentan válidamente otra vez ante la instancia, pueden conjeturar razonablemente que el juez que ya pronunció un juicio categórico respecto de algunas de las cuestiones fácticas y dogmáticas en discusión”.

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En ese sentido, consideró que las partes pueden suponer que “ha quedado condicionado para emitir una nueva opinión sobre el asunto, pues en aquella operación de conocimiento arribó a una posición, cuya construcción demandó un esfuerzo intelectivo y una toma de conciencia en esa dirección.”.

Hornos integró el tribunal que revocó los procesamientos de Blaquier y de su colaborador en el ingenio azucarero jujeño  Alberto Enrique Lemos.

La Casación recordó jurisprudencia de la Corte Suprema que sostiene que “la garantía de imparcialidad del juez es uno de los pilares en que se apoya el sistema de enjuiciamiento, ya que una manifestación directa del principio acusatorio y de las garantías de defensa en juicio y debido proceso, en su vinculación con las pautas de organización judicial del Estado”.

Los jueces Borinsky y Carbajo concluyeron, entonces, que “las partes podrían razonablemente suponer que quedó condicionado para pronunciar una nueva opinión sobre la temática, corresponde admitir su inhibición para intervenir en la causa”.

Así, Hornos ya no intervendrá en lo que resta del expediente, que de momento se limita a una orden de nuevos exámenes médicos y psiquiátricos a Blaquier para determinar si está o no en condiciones de afrontar un juicio oral y público.