Semivacío pero con estados de ánimo alterados en la Secretaría electoral. Así lució esta mañana el Palacio de Tribunales, habitual escenario de atención en cada jornada electoral.

El edificio está vallado en su acceso principal, incluso con una cadena con candado, en virtud de la manifestación de los pueblos originarios “Malón de la Paz” que acampa desde hace semanas en la Plaza Lavalle.

De hecho, las vallas que rodean el acceso por la calle Talcahuano 550 tienen pasacalles y pancartas colgadas reclamando por la derogación de la Constitución reformada de Jujuy.

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Al edificio se accede sólo por la calle Tucumán, que también tiene su portón principal cerrado y es necesario anunciarse para acceder al interior.

En el subsuelo, sobre el ala de la calle Tucumán, la Secretaría Electoral era esta mañana un escenario de frenéticas idas y venidas de funcionarios “resolviendo problemas que se presentan a cada momento”, explicó un amable sexagenario que oficia de anfitrión.

A las consultas habituales sobre problemas con los documentos, justificaciones por la no emisión del voto y denuncias sobre irregularidades en los centros de votación se agregaron hoy los problemas con las máquinas para el voto electrónico.

Todos los funcionarios electorales se desplegaron en las escuelas de la Capital Federal para controlar in situ las dificultades y solucionarlas en la medida de sus posibilidades.

La jueza María Servini advirtió que no puede “hacerse responsable” por las consecuencias de esas fallas, no obstante lo cual desplegó un operativo para que el proceso sea lo más normal y eficiente posible.

Servini también salió de recorrida por los centros de votación.

“Siempre hay dificultades, pero esta vez parecen mayores. El movimiento en la Secretaría no es el habitual de otras elecciones; hay mucho más y abundan las caras de preocupación”, refirieron voceros del tribunal electoral.