Citada como testigo para aportar prueba sobre el caso del "fallo Muiña" que se investiga en el marco del juicio político a los jueces de la Corte Suprema Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, la sobreviviente del centro clandestino "El Chalet" Gladys Cuervo afirmó hoy que "hay un partido que vino a continuar la obra del partido militar".

Actualmente de 83 años, Cuervo era jefa de enfermería del servicio de Traumatología del hospital Posadas cuando fue secuestrada el 25 de noviembre de 1976 y puesta en cautiverio en El Chalet junto a un grupo de trabajadores del hospital por parte de un grupo de tareas que las propias víctimas bautizaron "Swat".

En esa patota paraestatal que estaba al mando de un subcomisario retirado de la Policía Federal Argentina (PFA), Ricardo Antonio Nicastro, formaba parte Luis Muiña, quien se integró a los 21 años y fue uno de los ejecutantes más perversos de torturas y otros tormentos.

En su intervención, Cuervo contó que se enteró a través de de fuentes del Poder Judicial que Rosenkrantz había dado la orden a dos miembros de su vocalía para que seleccionaran un caso aleatorio para dar cauce al fallo del 2x1 a favor de los genocidas.

Siempre según su testimonio, el vocal Federico Morgenstern habría sido quien eligió a Muiña "porque nadie lo conocía, no era mediático".

"Pero nosotros, los afectados por sus acciones, sí lo conocíamos", acotó la mujer, que suscribió la hipótesis de que un sector del Gobierno de Mauricio Macri negoció el arreglo del "fallo Muiña" a cambio de no apelar el fallo Schiffrin" que avaló la continuidad de la jueza Elena Highton de Nolasco pese a tener más de 75 años.

"Mi opinión personal es que hay un partido que vino a continuar la obra del partido militar”, sostuvo Cuervo.

Al sentirse aludido por la afirmación subjetiva de la testigo, el diputado Fernando Iglesias le preguntó si se refería al partido que "estuvo a favor de la autoamnistía, al que firmó el pacto militar-sindical, al que se opuso a la Conadep y al Juicio a las Juntas, y al de los indultos".

"En principio sí, después digo que tuvo más sucesores, pero son especulaciones mías", contestó Cuervo.

Al finalizar la declaración de la testigo se produjo un altercado entre Karina Banfi (UCR) y Rodolfo Tailhade", luego de que la radical acusara al kirchnerista de "revictimizar" a la víctima de la dictadura instándola a revivir la penurias que le tocó atravesar en aquellas oscuras épocas. 

"Es una vergüenza que utilicen el dolor para sacar provecho político”, exclamó la diputada de Juntos por el Cambio, que argumentó que el relato sobre lo sucedido en la dictadura no tiene nada que ver con lo que está bajo investigación en la comisión que es el rol que desempeñaron miembros de la Corte en el fallo Muiña.

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"Lamentablemente a partir de las preguntas del diputado (Rodolfo) Tailhade pudimos ver cómo se ha buscado la revictimización de una persona que fue víctima de la etapa más oscura de la Argentina", lamentó la bonaerense opositora.

Le salió al cruce el jefe del bloque oficialista, Germán Martínez, que señaló que el único propósito del Frente de Todos es conocer "la verdad sobre las situaciones y eso muchas veces lleva a preguntas que también se necesitan hacer".

Por su parte, la diputada de la Coalición Cívica Paula Oliveto rechazó la hipótesis del oficialismo de que el fallo 2×1 fue "orquestado" entre el máximo tribunal y la gestión de Mauricio Macri, y contestó la crítica que había deslizado Cuervo acerca de Juntos por el Cambio.

"Nosotros no somos herederos de ningún partido militar, les recomiendo que vean las posiciones de nosotros y de los líderes de ustedes en el ‘83", planteó.