El renunciamiento de Cristina Kirchner a competir por tercera vez por la presidencia de la Nación, dejó al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, en un lugar más comprometido, ya que se quedará sin poder usufructuar el "efecto arrastre" que hubiese implicado pegar su boleta para la reelección a la de la líder más popular del peronismo.

En ese contexto, sopesa la opción de desdoblar las elecciones y apostar así a un mano a mano con los candidatos de Juntos por el Cambio, sin que entren en juego las referencias nacionales. Sin embargo, el mandatario kirchnerista no tiene mayoría en el Senado bonaerense y está obligado a negociar con la oposición, que no estaría demasiado tentada en darle el gusto, pese a que María Eugenia Vidal había impulsado fugazmente el "Plan V" hasta que fue vetado por Mauricio Macri.

"La discusión está vigente, pero no porque sea mi voluntad. Reflejo que hay una discusión en curso", confesó el gobernador en una entrevista con el diario La Capital de Mar del Plata.

Kicillof es consciente que no tiene "los porotos" para modificar el cronograma electoral de modo tal de desenganchar las fechas de PASO y comicios generales de las elecciones nacionales. En Diputados, la idea podría germinar con la ayuda de algunos bloques minoritarios coyunturalmente aliados, pero en el Senado el oficialismo está neutralizado porque cuenta con la misma cantidad de integrantes que Juntos por el Cambio (23 cada fuerza).

Para cualquier cambio, el Gobierno está obligado a hacerlo pasar por La Legislatura bonaerense. Ocurre que la ley electoral de la provincia de Buenos Aires faculta al Poder Ejecutivo "a adherir la Provincia al régimen establecido por la ley Nacional 15.262 de simultaneidad de elecciones".

Y lo mismo sucede en el caso de la ley de PASO provincial, que dispone que "cuando el Poder Ejecutivo Nacional, convoque a elecciones primarias nacionales, para Presidente y Vice y/o Parlamentarios del MERCOSUR y/o Diputados Nacionales y/o Convencionales Constituyentes, la fecha de realización de las elecciones Primarias obligatorias y simultáneas provinciales, se realizarán el mismo día".

“Observaba lo que ocurrió en varias provincias y la verdad que nosotros, para hacerlo, necesitamos una mayoría legislativa que no tenemos, porque es por ley (que hay que determinarlo). Por lo menos las PASO son simultáneas (con las nacionales). Así que necesitamos una mayoría, y en eso habría que encontrar un acuerdo con la oposición", reconoció Kicillof en el mismo reportaje.

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El gobernador se refería a las provincias de Salta, Jujuy, San Juan y Río Negro, que ya desdoblaron, en tanto que próximamente Entre Ríos seguirá esos pasos.

Ante la ausencia de Cristina Kirchner en el tablero electoral, algunos en el peronismo ven a Kicillof como el sustituto más razonable para la candidatura presidencial porque es quien mejor retiene el núcleo de apoyo de la ex presidenta, tal como se vio en las elecciones del 2019. Sin embargo, el ex ministro de Economía no quiere moverse por nada del mundo de la Casa de Gobierno de La Plata, ya que a raíz de la ausencia de balotaje en la elección bonaerense, tiene mejores chances de ganar que compitiendo para la Casa Rosada.

"Ahora es tiempo de hacer la mejor gestión posible para que el Frente de todos sea la mejor opción y volver a ganar la provincia", indicaron a NA fuentes cercanas al gobernador bonaerense.

No es un premio consuelo. Buenos Aires reúne el 37% del padrón nacional y allí podría replegarse el kirchnerismo en caso de perder la elección presidencial a manos de Juntos por el Cambio, con la  expectativa de rearmarse desde allí para volver en el 2027. En cierta forma ese es el proyecto que amasa Kicillof para los próximos años, independientemente del lugar que la sociedad le otorgue al peronismo en las elecciones del año próximo. Ser votado por segunda vez en el distrito de mayor peso específico del país le daría la legitimidad y la fuerza necesaria para ir por el pozo mayor en 2027. 

Sin Cristina Kirchner -y agreguemos- sin Kicillof en la boleta presidencial, el kirchnerismo empieza a poner sus fichas en el camporista moderado Eduardo "Wado" de Pedro para ir a las PASO del Frente de Todos y competir eventualmente en esa instancia contra otro candidato del peronismo. El ministro de Interior viene desde hace un año realizando movimientos y gestos en esa dirección, aunque sin levantar demasiado vuelo. Una hipotética bendición pública de Cristina Kirchner podría modificar radicalmente su situación.

De todas formas, hay quienes en el PJ dudan de que De Pedro sea una figura realmente convocante que pueda retener el voto de Cristina Kirchner y señalan que sería una candidatura testimonial que se lanzaría solamente en la medida en que Cristina Kirchner de por perdida de antemano la elección nacional. El primer y más alcanzable objetivo es conservar la provincia de la mano Kicillof y desde allí lanzar la contraofensiva en 2027 para recuperar la Nación.