El discurso de Cristina Fernández de Kirchner en la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) dejó varios mensajes. En materia política, económica y social, la vicepresidenta habló para unos y otros en un intento por marca la arena política en la Argentina. Al respecto, quien se expresó esta mañana fue Andrés “Cuervo” Larroque, ministro de Desarrollo de la provincia de Buenos Aires y una de las caras principales del kirchnerismo duro.

Fue un discurso muy completo, un material de estudio. Hay un montón de conceptos que tiene que ver con tratar de salir de una situación muy compleja que nos toca atravesar, donde hay que tener claro cuál es el problema. Si no tenemos un buen diagnóstico difícilmente acertemos con las medidas que hay que tomar”, subrayó el funcionario provincial, en diálogo con Radio 10.

Presente en el acto organizado por el gremio que lidera Hugo Yasky, afirmó que el discurso de Cristina “fue una inyección de ánimo para la militancia y para el pueblo argentina en que general, que la ve a ella como una referencia”. De esa manera, destacó el rol de la vicepresidenta para la gobernabilidad: “En estos dos años ha sido un gran error para un sector pensar que Cristina podía ser un problema y no ponderarla o aprovecharla”.

A modo de crítica hacia el interior del oficialismo, definió al gobierno como un “equipo que empata siempre” y que por esa razón “hay zozobra” en la sociedad. Además, dijo que "la unión del peronismo la debe sentir más que nada la gente" y lanzó nuevas críticas a Martín Guzmán, el ministro de Economía: “Hizo un acuerdo para bancar el ajuste con un sector de las organizaciones que se benefició aumentando los planes para administrar”.

En ese sentido, el dirigente de la Cámpora reparó sobre una de las principales controversias que arrojó el discurso de Cristina ayer en Avellaneda durante el plenario de la CTA, donde planteó la necesidad de reducir los planes sociales. En ese sentido, opinó que los “desapareció el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) pero aumentaron los Potenciar Trabajo”, al que trató tener una “discrecionalidad cuestionable”. Se trata de uno de los programas sociales bajo el ala del Movimiento Evita (sobre el que dijo que "no hay enojo") y disputado por las organizaciones piqueteras.

La clave es que el Estado gobierne la economía y genere oportunidades para el conjunto de la sociedad. Resignarnos a que hay una economía paralela es un error. Defendemos la economía popular y social en términos de autoorganizarse. Puedo entender eso de un gobierno neoliberal como el macrista. Pero nosotros no podemos dejar a la deriva a inmensos sectores de la sociedad”, remarcó y añadió que “el macrismo tercerizo la política de las organizaciones sociales".

"El discurso de Cristina es un orientador y me parece suicida no escucharla", dijo Larroque.

A diferencia de Alberto Fernández, que encabezó un breve acto protocolar en la Ciudad de Buenos Aires, Cristina Kirchner optó en el Día de la Bandera por un discurso político con sindicalistas afines y en la provincia de Buenos Aires. Consultado por si esto significó una maniobra ordenadora hacia el interior del oficialismo, menguado por las internas, Larroque contestó que “es un orientador y me parece suicida no escucharla” y añadió que “debemos salir esta cuestión de jubilemos a Cristina”, sobre la que aseguró que “hubo un intento de proscripción en 2015 más que nada judicial”.