La vicepresidenta Cristina Kirchner volvió hoy a presidir una sesión del Senado por primera vez desde el intento de magnicidio que sufrió en septiembre del año pasado, y protagonizó un curioso cruce con el jefe del bloque de la UCR, Luis Naidenoff, a quien le pidió que "no arruine un bello día".

Minutos antes de que se votara el proyecto de ley que reconoce a la Lengua de Señas Argentina (LSA), la senadora camporista María Eugenia Duré se levantó de su banca entre lágrimas y se dirigió al estrado presidencial para entregarle a la ex presidenta el pañuelo azul característico de la campaña por los derechos de la comunidad sordomuda.

Molesto con el quiebre del protocolo, Naidenoff pidió la palabra para protestar: "Obviamente que la ley que estamos por votar es importante, pero no quiero dejar pasar un hecho que, desde lo político, no corresponde. Lo que corresponde es que cuando terminan los cierres, se proceda a la votación", remarcó.

El formoseño opositor entendía que la entrega del pañuelo, "independientemente de lo emblemático que pueda ser", debió haberse efectuado antes y no al momento de iniciarse la votación.

Perpleja ante lo que juzgaba como falta de sensibilidad del senador radical, Cristina Kirchner, no dejó pasar la situación y reaccionó con desdén.  

"¿Sabe qué le propongo? Si tanto le ha molestado, lo devuelvo y pasamos a la votación", expresó la vicepresidenta, para luego rematar con un reto: "No arruinemos un bello día".

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Una vez que la ley ya había sido aprobada por unanimidad, con 63 votos afirmativos, la ex presidenta y actual titular del Senado justificó la razón por la cual no hizo caso a la costumbre de la Cámara alta de exigir el silencio absoluto del recinto durante la sesión.

"Quiero pedirle disculpas a los senadores porque no les pedí silencio a los que están (en referencia a las personas sordomudas presentes en los palcos), porque ya han tenido una vida de silencio, por eso les permití expresarse acá", aclaró.

Y luego completó dirigiéndose otra vez a Naidenoff: "Yo sé que le molesta, senador, pero han tenido una vida de silencio. Dejémoslo gritar un poquito un día como hoy".

Otro momento singular de la vuelta de Cristina Kirchner a una sesión de la Cámara alta fue un cruce que mantuvo con la senadora correntina de la UCR Mercedes Valenzuela, a quien criticó por llamarle "presidente" en lugar de "presidenta".

Sin darse cuenta que estaba el micrófono abierto, la jefa del kirchnerismo dejó escapar una crítica: "Otra… Dios me libre".

Y cuando Valenzuela cerró su intervención, Cristina Kirchner volvió a un clásico para parodiar a quienes la tratan de "presidente". “Gracias, señora senador", lanzó provocadoramente.