Metidos de lleno en la campaña electoral y en medio de los coletazos de una grieta que se aviva aún más en estos tiempos, los bonaerenses tienen la oportunidad de dejar de ser invisibles para una clase política que mira para otro lado y nunca hizo nada para garantizar lo que los bonaerenses necesitan: seguridad, igualdad ante la ley y un país en serio que les permita construir y proyectar un futuro.

Tras año y medio de pandemia y un combo de malas decisiones, falta de gestión y miserias políticas, la provincia de Buenos Aires se convertirá en el principal escenario de disputa electoral y en el termómetro que medirá los dos próximos años de Gobierno y marcará la relación de fuerzas en el Congreso.

La grieta en este contexto se pone en carne viva y los bonaerenses corren el riesgo de seguir siendo invisibles para una clase política que históricamente los han ninguneado, pero están ante la oportunidad de levantar su voz y reclamar una vez más por lo que les corresponde y necesitan.

En nuestras recorridas por diferentes barrios del conurbano bonaerense junto a nuestros candidatos Brian Lanzelotta y Gladys Cabezas pudimos escuchar y constatar que la seguridad se encuentra a la cabeza de la lista de sus necesidades.

Seguridad física para ellos y sus familias. No tener temor a que pueda ocurrir algo cuando sus hijos salen a la calle o a sufrir una "entradera" cuando vuelven tarde de sus trabajos.

Quieren una vida en paz sin que nadie tome lo que es suyo y que los delincuentes que tienen en vilo a la provincia estén tras las rejas.

Quieren seguridad económica. Esperan que los precios en el supermercado no suban de un día para el otro, erosionando aún más los sueldos que tanto cuesta conseguir y sostener; anhelan que sus hijos tengan posibilidades de trabajar en el país donde nacieron, crecieron y se educaron; y no se vean ante la necesidad de irse del país para sobrevivir.

Quieren estar seguros de que recibirán su inmunización completa contra el Covid-19. Piden por un Estado que no se equivoque más y que pueda garantizar el bien más preciado en este momento. Quieren tener la tranquilidad de que recibirán en tiempo y forma la protección necesaria contra este virus que tanto dolor y angustia ha provocado en el país y en el mundo.

Quieren un país, una provincia, con seguridad jurídica, donde la regla sea la igualdad ante la ley, con una Justicia independiente que vele por los derechos de toda la población; y no solo por los privilegios de una casta política que quiere perpetuarse en el poder.

Trabajan duro para que este país salga adelante, para que sus hijos/ as reciban la mejor educación y encuentren en su patria la posibilidad de concretar sus sueños. Hoy muchas familias ven cómo sus hijos dejan el país en busca de destinos que garantizan lo que acá no tienen: una comunidad organizada y segura que les permita vivir en libertad y en paz.

Estamos tratando de superar lo peor que le podía pasar a la humanidad, sin certezas de cuándo terminará. En el camino quedaron cientos de vida, de historias y familias. Ahora llegó la hora de escuchar a las millones de personas que reclaman un presente seguro, digno y con reglas claras y sobre todo, un futuro, un futuro en serio.