El acto electoral ha terminado y los resultados ya se conocen con precisión. Lo que no ha terminado es la incertidumbre por el tiempo que vendrá.

En lo inmediato, el foco central se deposita en qué es lo que va a hacer nuestro país con el Fondo Monetario Internacional, porque no llegar a un acuerdo puede traer muchas complicaciones, con reservas que están al límite; además en qué sucederá en los dos años que el presidente Macri los tituló no ingenuamente como de transición. Tenemos un sistema presidencialista cuyo período concluye formalmente dentro de dos años.

Pero uno podría considerar desde el pensamiento político que inevitablemente, por las dificultades actuales que existen en lo social con prácticamente 50% de pobreza, sin contar con una planificación de no solamente de las variables económicas sino también el rumbo, es un problema que se extiende todavía más allá. Por eso la elección terminó pero la incertidumbre comienza o se acentúa incluso más desde el punto de vista político.

No hubo sorpresas en el sentido de que se repitieron prácticamente los resultados de las PASO pero sí se dio en un territorio que es considerado muchas veces como la madre de todas las batallas: la Provincia de Buenos Aires, el conurbano y la tercera sección electoral, que es donde asienta sus reales la vicepresidenta Fernández de Kirchner. Ahí se abren una serie de incertidumbres que es lo que puede ocurrir intra gubernamental, vale decir no se avizora en lo inmediato un cambio de gabinete o situación como fueron los de las PASO pero sí también se van delineando en la interna del kirchnerismo y peronismo una situación que es más subterránea por ahora pero que puede aflorar en cualquier momento.

Se habla de Manzur y las provincias del noroeste, se habla de otra línea de gobernadores que podría estar encabezada por Schiaretti, se habla de peronistas que no son k y que tienen planificado un Cabildo abierto para antes del 12 de diciembre. Son los escenarios dentro del actual oficialismo pero convengamos también que hay una dinámica que se va a desarrollar en los próximos días con la oposición y la integración que esa coalición electoral conlleva.

El obstáculo está en la dificultad aún con las desapariciones de los partidos políticos orgánicamente hablando, en si se puede lograr coaliciones electorales que puedan transformarse en eventuales coaliciones de gobierno y que tengan cierto grado de perdurabilidad, rumbo, acuerdo, unidad conceptual. Esto va para un lado y para el otro de cara al 2023.

Pero tenemos problemas más urgentes como lograr algún grado de incremento de la productividad en cuestiones más estructurales y allí hay conflictividad, por ejemplo con ciertas cosas como reformas laborales, no hay claridad en lo que significa la reforma impositiva, son todas cuestiones muy espinosas, difíciles y no tenemos seguro es cuál va a ser el ámbito de diálogo.

La oposición que no quiere involucrase en nada con este Gobierno con vistas al 23, sostiene en que el Parlamento es el ámbito pero sabemos que no el nuestro un sistema parlamentario por lo tanto los acuerdos logrados allí no tienen la fuerza de esos regímenes y al ser el Poder Ejecutivo muy central en nuestra organización constitucional, hay que prestar atención de si se puede desde allí abrir esos puentes que aborden los problemas más urgentes.

Continuará en la agenda todo lo que tiene que ver con la situación social, la pobreza, la inflación, el costo de vida y eso requiere de ciertas medidas urgentes. Me da la impresión que si bien hay manifestaciones como la que se programa para el día del Militante que tiene un claro signo de apoyo a Alberto Fernández y esto nos lleva nuevamente al escenario que uno se representa en el futuro de las relaciones entre el Presidente y la Vicepresidente, más otros actores también.

Aquí se instala también la unificación de la CGT, no se sabe bien cómo se delineará esto del grado de apoyo que aparentemente se recostaría Alberto Fernández , eso tiene la contrapartida del otro actor importante que es Cristina Fernández de Kirchner.

Por ello la incertidumbre es mucha no sólo en la sociedad sino también en los actores políticos, empresariales, gremiales y hay que ver cómo decanta el resultado de ayer y los posicionamientos para establecer el plan o la resolución en la urgencia del corto plazo. 

(*) Carlos Campolongo es periodista, abogado, psicólogo y docente universitario.