El técnico informático Diego Lagomarsino cuestionó la decisión de la Corte Suprema de autorizar pericias en computadoras y teléfonos suyos que adquirió casi dos años después de la muerte del fiscal Alberto Nisman y subrayó que "si no estuviera entrometida la política", la causa "se hubiera cerrado a los cinco o seis meses de investigación" determinando que fue un "autodisparo".

"El 19 de enero de 2015 declaré de manera testimonial y me pidieron si podía entregar mi teléfono, que lo hice. Ese teléfono se peritó. El teléfono en cuestión ahora es el que me secuestran en noviembre de 2017 que lo había comprado en 2016 y no tenía nada que ver con el momento en que ocurrió el incidente", sostuvo el imputado en la causa que investiga la muerte del fiscal.

En diálogo con Levántate y anda, el programa que conduce Rodo Herrera en Radio Colonia AM 550, Lagomarsino advirtió que en los dispositivos electrónicos que serán peritados hay "comunicaciones" con sus abogados y remarcó que acceder a esos intercambio violaría la confidencialidad entre los letrados y el cliente.

"Eso es 100% confidencial. El fiscal es una de las partes: que una de la partes vea comunicaciones entre los abogados y el defendido es gravísimo. Es gravísima la situación. Creo que el consejo nacional de abogados debería salir a hablar", agregó. "Se hizo un montón de laburo, se peritaron computadoras, teléfonos. Lo que es falso es salir a decir que recién ahora después de casi siete años se peritan los teléfonos. Eso no sólo es falso, sino mala leche", remarcó.

Al ser consultado sobre el expediente originado por la muerte del fiscal de Unidad Especial AMIA, Lagomarsino se mostró confiado en que "en algún momento se va a resolver". "Cualquier persona sensata, libre de prejuicios que lee el expediente ve que esto fue claramente un autodisparo. El único que habla de homicidio es la gente del Cuerpo Médico de Gendarmería. Es una causa muy política, que tiene mucho ruido. Se podría haber resuelto hace muchísimo tiempo", planteó. Y añadió: "Si lo quisieran resolver, ya tendrían que haber hecho una compulsa entre la gente que dice una cosa y la que dice otra en el expediente. Varias veces pedimos ir a un juicio oral. Si no estuviera entrometida la política, esto se hubiera cerrado a los cinco o seis meses de investigación".

Finalmente, el técnico informático contó cómo cambió su vida tras verse involucrado en la muerte de Nisman. "A veces me desvaloro a mí mismo para valorar a mis hijos. Veo cómo ellos cambiaron, las cosas que no les pude dar, las cosas que les tuve que dar distinto. No es fácil cargar con una mochila tan pesada sabiendo que los ladrillos son de injusticia, no me queda otra que ponerme la mochila y darle para adelante. Yo los ladrillos se los voy a tirar por la cabeza a cada uno que dijeron mentiras. Va a llegar el día (en que se haga justicia): soy muy paciente", concluyó.