La sustentabilidad como regla para la movilidad
Vivir en una ciudad tan grande y dinámica como Buenos Aires nos demuestra todos los días, de una manera muy concreta y muy real, lo necesario que es hacer todo lo que podamos para lograr una movilidad amigable con el medio ambiente, planteó el autor.
Hace unos días terminó la Semana de la Movilidad Sustentable, un tema sobre el que se escucha mucho en estos tiempos pero, ¿qué quiere decir realmente?
Para empezar, algo sustentable es algo que se puede sostener en el tiempo porque logra un equilibrio con su medio ambiente, sin generarle daños irreversibles.
Por eso, cuando hablamos de movilidad sustentable, estamos hablando de una forma de movernos que nos permita seguir haciéndolo sin que eso nos genere problemas en el futuro (o, muchas veces, hasta en el presente).
Vivir en una ciudad tan grande y dinámica como Buenos Aires nos demuestra todos los días, de una manera muy concreta y muy real, lo necesario que es hacer todo lo que podamos para lograr una movilidad amigable con el medio ambiente.
Somos millones y millones de personas las que vivimos, trabajamos y paseamos por la ciudad todos los días y ese número crece constantemente.
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Actualmente, se realizan más de seis millones de viajes diarios, que representan un desafío para la circulación vehicular tanto dentro de la ciudad como también en los ingresos y egresos a provincia.
Son cientos de autos, camionetas, camiones y motos circulando por las calles, las avenidas, estacionando, generando congestión vehicular y polución ambiental, ocupando espacio, muchas veces con un solo ocupante y haciendo más lenta la circulación para todos.
Mejorar la forma en la que nos movemos por la ciudad no solo es bueno para el medio ambiente -nuestro medio ambiente- sino que también mejora la experiencia de uso que tenemos de ésta y, en definitiva, mejora la forma en la que vivimos.
Hay una frase conocida, que no me acuerdo exactamente cómo es pero que, palabras más o menos dice que una ciudad desarrollada no es esa donde el pobre tiene auto sino que es aquella donde el rico usa el transporte público.
El transporte público es accesible a todos los sectores sociales y es el más eficiente en la ocupación de espacio y uso energético. Por ejemplo, un colectivo transporta 40-50 personas en el mismo espacio que dos autos llevan a, como mucho ocho o 10 personas.
Buenos Aires tiene muchos desafíos en este sentido pero, al día de hoy, cuenta con una red de transporte público que nos puede acercar a donde sea que vayamos, con muchísimas ventajas.
Ya sea en subte, con el Metrobus, usando las bicisendas, con la ecobici o hasta caminando, tenemos opciones para movernos sin usar vehículos particulares.
Llegamos antes a donde vayamos, gastamos menos plata, generamos menos polución, contribuimos a reducir el tráfico y mejorar la circulación general, no tenemos que buscar o pagar estacionamiento y, si caminamos o vamos en bici, sumamos beneficios reales para nuestra salud.
Hacer todo lo que esté en nuestras manos para promover la movilidad sustentable nos beneficia de un modo muy directo y tangible en nuestra vida cotidiana. Ya sea desde el rol de cada uno en su vida como desde el diseño de políticas públicas que incentiven y le faciliten a las personas el uso del transporte público, todos podemos hacer nuestra parte para lograr esto.
Desde el lugar que ocupe después de las elecciones de noviembre, me voy a encontrar comprometido con la sustentabilidad, promoviendo diferentes proyectos que fomenten la movilidad sustentable, y prácticas que vayan en línea con el cuidado y la protección del medio ambiente y los espacios verdes de la ciudad.
El mundo es uno sólo y es nuestra obligación inculcar el compromiso a la ciudadanía para cuidarlo.
(*) - Darío Nieto es politólogo, candidato a legislador porteño de Juntos por el Cambio y ex subsecretario de Asuntos Presidenciales (2015-2019).