La ciudadanía que percibió una actuación ilegítima y mediática contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner acudió espontáneamente a las calles lindantes de su domicilio. Frente a esta manifestación pública, que es parte de un derecho fundamental que es el de manifestarse por parte de la ciudadanía, el Gobierno de la Ciudad y su Policía vallaron el lugar, reprimieron, espiaron y durante días en el debate publico quisieron justificar cómo hacer respetar el derecho a la circulación.

En caso de dos calles como Juncal y Uruguay, donde hay circulación vehicular y peatonal en todos los alrededores, jamás podría argumentarse que se está privando el derecho a circular: ¿Por qué un peaje no impide el derecho a circular? Porque hay caminos alternativos que se pueden tomar. Y en este caso no se trata ni de una autopista ni una ruta.

Algunos hablaron de la justificación de los ruidos molestos y la alteración de la convivencia, en ese caso hay mesas de diálogo que se instrumentan para lograr pacíficamente el estado de derecho que Rodríguez Larreta viene vulnerando de forma abusiva y sistemática.

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Soy abogada, defensora de los derechos humanos, comisionada nacional de prevención de la tortura y la represión de una fuerza policial que pone vallas y que encierra a un grupo de manifestantes es considerada trato inhumano, por lo cual me estoy planteando hacer un reclamo en el Comité que integro para que el caso sea llevado a los estrados internacionales.

El hostigamiento y el odio manifiesto permanente por sectores del quehacer nacional, tanto del judicial como el mediático y parte de la oposición, sin dudas provocaron un espiral de violencia que culminó con un hecho que podría haber sido el terrible magnicidio de la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Que no solo es la vice, sino que representa un liderazgo indiscutible en la región y en la Argentina.

No ha sucedido el magnicidio, pero la manifestación popular sumada a la que ya se venía dando expresa un punto de “nunca más” al odio, a la persecución política y a la violencia, y que la paz y la solidaridad primen en la sociedad argentina. Cada uno aportando lo mejor de sí para la mejor convivencia de los argentinos y argentinas.

*Diana Conti, ex miembro de la Cámara de Diputados.