En medio de una crisis prácticamente sin precedentes en materia de federalismo, con los gobernadores haciendo sonar los tambores de la rebelión, el presidente Javier Milei encabezará el viernes su primera Asamblea Legislativa para la inauguración del período número 142 de sesiones ordinarias del Congreso.

La originalidad de esta edición radica en que por primera vez este ritual protocolar de la democracia se desarrollará de noche: será a las 21 según el decreto de convocatoria firmado por el propio mandatario y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.

Según fuentes de la Casa Rosada consultadas por NA, la decisión de innovar en materia de horarios (habitualmente se desarrolla al mediodía) responde al análisis de que “en la franja nocturna una mayor cantidad de argentinos podrá estar pendiente del desarrollo de la Asamblea”. 

Con el nivel de pobreza a punto de perforar el 60%, y con los 24 gobernadores de distintos signos insólitamente unificados en una misma trinchera a partir de una serie de decisiones controversiales del Gobierno -que le quitó fondos cuantiosos a las provincias-, el contexto no es el más relajado para el presidente y por eso el tono discursivo con el que se dirija a los representantes del pueblo será clave para anticipar cómo podría articularse la relación futura con los distintos actores políticos de “la casta”.

Las apuestas están abiertas y la mayoría prevé que Milei no se moverá un centímetro de su narrativa de hostilidad hacia el Parlamento, al que viene de llamar “nido de ratas”, luego de utilizar otra serie de cálidos calificativos como “delincuentes” e “idiotas útiles”.

Como para "calentar" aún más la previa, desde la Casa Rosada dejaron trascender el lunes que hasta ese momento (cuando estaba volviendo de Washington) el presidente no tenía escrita ni siquiera “una línea” de su discurso, marcando la relevancia que otorga en su consideración al Congreso nacional.

Todos los bloques van a estar presentes en un ambiente muy tensionado, irrespirable, donde solamente una chispa podría prender en llamas al recinto. 

Naturalmente la gran mayoría de legisladores acumula broncas y rencores por el sistemático destrato verbal del presidente y van preparados con munición gruesa para reaccionar a la primera provocación del jefe de Estado.

Mientras la previa va tomando calor, los preparativos se cocinan a todo vapor entre la Casa Rosada, el Senado y la Cámara de Diputados.

Ya hubo reuniones en las que participaron funcionarios de la TV Pública, la señal de televisión que llevará a cabo la transmisión oficial. 

Las direcciones de Ceremonial y Protocolo de Presidencia de la Nación y de Cancillería están cursando las convocatorias para los integrantes de la Corte Suprema, el cuerpo diplomático, los mandatarios provinciales y otros invitados especiales que colmarán las distintas bandejas de la Cámara baja.

La vicepresidenta Victoria Villarruel será la encargada de abrir la Asamblea Legislativa, y luego se designará a la comitiva que recibirá a Milei en las escalinatas del Palacio Legislativo para su ingreso.

Una vez que firme los libros de Honor en el Salón Azul, será escoltado a través del Salón de Pasos Perdidos camino al recinto.

Normalmente el presidente se ubica entre el titular del Senado y el titular de Diputados en el estrado de la presidencia, pero se especula que en esta oportunidad el presidente podría pedir un atril para dirigir su mensaje desde la altura que le da su investidura.   

La izquierda volverá a empapelar sus cinco bancas con cartelería alusiva al “brutal ajuste” del Gobierno.

“A partir de las 19 las asambleas del AMBA van a movilizarse hacia el Congreso para repudiar las políticas de hambre y ajuste de Javier Milei y contra el protocolo de Patricia Bullrich. Nuestra bancada va a apoyar esa movilizacion y luego de la sesion vamos a confluir con quienes estén en la calle frente al Congreso”, señalaron a NA fuentes del PTS y el Frente de Izquierda.

Unión por la Patria, por su parte, seguirá el discurso del presidente con gesto adusto, agazapados a la espera de provocaciones para contraatacar verbalmente.

“Si Milei nos insulta vamos a responder con mucha claridad. Vamos a denunciar el atropello al federalismo, a la legitimidad de los gobernadores que fueron elegidos por el pueblo igual que él”, adelantó a NA un importante diputado de Unión por la Patria que quiso mantener el anonimato.

“Intentaremos tender puentes con toda la oposición para ir hacia un pacto federal. No vamos a dejar que ahoguen a nuestras provincias. Pero también pedimos a todos que entiendan que es urgente rechazar el DNU, que es anticonstitucional, extralimita facultades y lesiona derechos ciudadanos. No vamos a permitir que los apologistas del Excel masacren a nuestro pueblo y pulvericen sus ingresos”, agregó.

En el resto de la oposición los ánimos están más diversificados, pero el ataque presidencial hacia los gobernadores colmó la paciencia de quienes se presentan como “dialoguistas” y fungen como dadores voluntarios de gobernabilidad.

Luego del desenlace fatídico de la ley ómnibus, cuyo fracaso el presidente atribuyó a la oposición “light”, desplegando una andanada de ataques con listas negras e insultos a granel, el oficialismo quedó más aislado y la suerte de aquella mega iniciativa entró en una zona de indeterminación angustiante para el Gobierno.

¿Acaso el presidente anunciará leyes espejo que repliquen por separado algunas de esas reformas? ¿O definitivamente prescindirá del Congreso y legislará por decreto?

En el marco de la guerra contra los gobernadores, en particular contra el chubutense Ignacio "Nacho Torres a quien eligió como chivo expiatorio para disciplinar al resto de las provincias, ponerse a todo el Congreso en contra podría hundir cualquier atisbo de construcción de poder más allá de las fronteras de su acotado grupo de fieles liberales.

Hasta el PRO, que hasta hace poco se mostraba en los hechos como una extensión del oficialismo, ingresó en una zona de turbulentas discusiones internas por la decisión del presidente de ir contra mandatarios de Juntos por el Cambio, como el caso de Torres. 

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, intentó hacer un contrapeso, juntando firmas a favor del presidente, pero en la lista solo pudo reunir a una quincena de diputados leales y cinco senadores. 

El ex presidente Mauricio Macri se mantiene en silencio pero su primo Jorge Macri encabezó las firmas de la solicitada en solidaridad con la provincia de Chubut, y los legisladores macristas rehusaron sumarse al pretendido rescate de la figura de Milei por parte de Bullrich.

Como trasfondo se encuentra el debate -hoy enfriado- sobre una posible convergencia parlamentaria entre La Libertad Avanza y el PRO. 

Macri, quien se encamina a erigirse como nuevo presidente del partido amarillo, puso el pie en el freno al observar con preocupación las peligrosas derivaciones de la embestida presidencial contra los gobernadores.

El tenor del discurso de Milei podría reabrir o sepultar definitivamente esta perspectiva de confluencia. La relación del Gobierno con la oposición y con todo el sistema político se pone en juego en esta Asamblea Legislativa.