El fiscal federal Carlos Rívolo pidió enviar a juicio a Fernando Sabag Montiel y a su novia Brenda Uliarte como coautores del intento de asesinato de la Vicepresidenta de la Nación, Cristina kirchner, el pasado 1 de septiembre en inmediaciones de su departamento de Recoleta.

También insistió en que vaya a juicio el denominado “jefe de los copitos”, Nicolás Carrizo, como partícipe secundario

La fiscalía, la cual tiene delegada la investigación, es quien hizo el pedido en momentos en que la Vicepresidenta quien es querellante en la causa solicita más medidas de prueba y vincula a sectores de la oposición como ser el diputado de Juntos por el Cambio Gerardo Milman.

Es que 48 horas antes del atentado, un asesor legislativo del bloque de Frente de Todos declaró que en un café cercano al Congreso hubo una reunión enter Milman y dos asesoras suyas, y en el que el legislador le dijo que tenía previsto irse a la Costa Atlántica “cuando la maten” a la Vicepresidenta.

Si bien Milman no fue imputado sí se está investigando a sus secretarias sobre si dijeron o no la verdad respecto a que eso que se le atribuye a Milman es falso.

En el pedido hecho ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti, el fiscal aseguró que los acusados actuaron de forma “premeditada” esto es que “habían ideado un plan para llevar a cabo el asesinato” de Cristina Kirchner. 

“Aprovechándose de la confusión y desprolijidad que generaba la multitud de personas, Sabag Montiel extiende su brazo para pasar la primera línea de individuos que conformaban un cordón humano frente a la Vicepresidenta, apunta el arma de fuego que portaba en dirección a su rostro, la acerca a escasos centímetros y acciona el gatillo, al menos en una oportunidad, llegándose a escuchar incluso el click”, detalló la fiscalía.

La acción de Sabag Montiel fue interrumpida primero por los militantes que aguardaban saludar a la Vicepresidenta en la puerta de su casa, y luego por los custodios de la Policía Federal a cargo del cuidado de Cristina Kirchner.

Además de contar con las imágenes de las cámaras de seguridad y de las tantas que ese día estaban presentes en el departamento de la Vicepresidenta, el fiscal se valió de otra gran cantidad de pruebas. Entre ellas de los mensajes entre Sabag Montiel y Uliarte se mandaron planificando el hecho desde muchos días antes, incluso con la idea de llevarlo a cabo antes, y de los que ellos tuvieron con terceras personas. 

Tal fue la planificación que hasta idearon alquilar un inmueble cercano a la vivienda de la Vicepresidenta y desde un balcón atentar con un arma de fuego, algo que finalmente desistieron según surge de esas conversaciones. 

Respeto a Carrizo, detenido semanas después del hecho, la fiscalía valoró una conversación minutos después del fallido atentado entre él y Uliarte, donde él pensaba que Sabag Montiel había utilizado un arma de fuego provista por él.

“Estamos decididos a matarla a la puta esa”, dijo Carrizo quien además mantuvo una conversación con otras personas donde les hacía saber que él había participado en la planificación del hecho. 

“Corresponde mencionar que, durante la instrucción, al menos hasta este momento y luego de haberse producido numerosas medidas tanto por esta Fiscalía como por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), no se ha podido corroborar, tanto que el ataque investigado haya requerido de una financiación específica, como que los imputados hubieren recibido financiación externa o pago alguno para llevarlo adelante”, concluyó la fiscalía.

“Respecto a la financiación del ataque, resulta objetivo e incontrastable que la logística y la materialidad del acto en sí, no requirió de una gran inversión de dinero u otros recursos, dijo el fiscal y tuvo en cuenta que el arma utilizada incluso pudo llegar de forma gratuita a Sabag Montiel ya que la misma pertenecía a un amigo suyo que había fallecido tiempo atrás y con el cual el ahora acusado había convivido.

“En cuanto a una posible financiación o pago directo a los imputados, la prueba incorporada también permite, por el momento, descartarlos. Sobre ello, indicó que Sabag Montiel apenas tenía ingresos de dinero por trabajar con una aplicación de traslados y ella contaba con un plan asistencial de la ANSES. Carrizo era quien les había cedido a ellos la maquina de hacer copitos de azúcar para poder trabajar en venta ambulante en la vía pública. 

“Los nombrados no recibieron durante los dos años previos al atentado ninguna suma de dinero que hiciera presumir que hubiesen sido financiados para llevar adelante un hecho como el aquí investigado, pues todas las transferencias e ingresos analizados guardan absoluta correlación con las actividades informales que los nombrados realizaban para subsistir”, indicó la fiscalía.

También Rívolo se refirió a la posible vinculación de los imputados con algún partido político o agrupación. “No surgió vínculo alguno de los nombrados con ninguna agrupación o persona que a esta altura permitiera siquiera sospechar sobre la posibilidad de que se les hubiese brindado asistencia para el suceso”, dijo.

“Tampoco lo dicho por los testigos apuntó en dirección a terceras personas, o a la relación de los imputados con agrupaciones o partidos políticos, etc. Toda la prueba reunida hasta aquí revela que los imputados llevaron a cabo el acto por sí solos”, sostuvo.

Ahora la jueza correrá vista a las partes, defensas y querella para que opinen, y luego definirá si la causa pasa a instancias de juicio oral para juzgar a los 3 detenidos. No obstante, un tramo de la causa podría seguir bajo investigación si faltan medidas de prueba por delante.