Leonardo Fariña reiteró que trabajó para Lázaro Báez entre 2010 y 2011 en fugar su dinero al extranjero y que éste le pidió hacerlo “sin levantar alertas” tras un reproche que le hizo la entonces presidenta Cristina Kirchner.

Según Fariña, cuya declaración intentó ser evitada por la defensa tras varios planteos, comenzó a trabajar en marzo de 2010 para Báez y lo hizo hasta 2011. Contó que tenía una oficina en Austral Construcciones y que su función fue primero reestructurar la deuda de la empresa para lo cual armó un fideicomiso financiero, y luego expatriar esa fortuna.

Fariña dijo que Báez le confió que ese dinero era de él y el expresidente Néstor Kirchner. En ese contexto, explicó que estaba latente en ese momento una pelea entre el empresario y Cristina Kirchner por los reproches que ésta le hacía a sus actividades que empezaban al levantar sospechas. 

“Teníamos que hacer el trabajo sin levantar las alertas”, explicó Fariña, quien está condenado por la “ruta del dinero k” a cinco años de prisión, aunque el fallo no está firme y por eso está en libertad. En ese caso, Fariña fue “arrepentido”.

Además, el hombre que supone estar casado con la modelo Karina Jelinek, dijo que Báez cobraba sobreprecios en las obras viales. Lo dijo en el juicio donde se lo juzga al empresario y la vicepresidenta justamente por fraude en ese tipo de licitaciones.

“El 90% son cosas que hable con el que reconozco que fueron ilícitas”, dijo el testigo ante el Tribunal Oral Federal 2. Por otro lado, reiteró que él usó “facturas truchas” para hacer “negro el blanco” en referencia al dinero de Lázaro Báez.