Pese al revés judicial que sufrió esta semana con el mega DNU, el gobierno de Javier Milei mantiene a raja tabla su postura de que la ley "ómnibus" que envió al Congreso saldrá aprobada con pocos cambios y confía en que tendrá el acompañamiento de los legisladores de casi todos los bloques, a excepción de los del kirchnerismo duro y la izquierda.

"Tiene que salir casi como está, si hay algo que aclarar como lo del capítulo de la pesca, se hará. Pero no vamos a someter el texto a los 50 lobbies que existen. Naturalmente algún cambio habrá, cuando los artículos se voten en particular algunas cosa no quedará, pero la voluntad del gobierno es que la ley sale casi como fue mandada", enfatizó uno de los hombres más influyentes en el círculo íntimo del mandatario libertario.

Naturalmente, esa afirmación llevó a que el dirigente sea consultado sobre el poroteo en ambas cámaras, ante lo cual se mostró confiado en que el oficialismo tendrá el acompañamiento de casi todo el variopinto mosaico de bancadas de las dos cámaras.

Además de los bloques que ya se mostraron más proclives a evitar un bloqueo del extenso proyecto de reformas del Estado, como el del PRO, la UCR y el que lidera Miguel Ángel Pichetto de Hacemos Coalición Federal, en la Rosada ya dan por hecho el apoyo de casi todos los legisladores peronistas que responden a gobernadores.

"Están todas quebradas las provincias, no pueden ni pagar los sueldos", graficó sin medias tintas el dirigente para dar a entender que los gobernadores finalmente aceptarán el pedido del Gobierno nacional: restitución de los fondos por el Impuesto Ganancias para aliviar las cuentas a cambio del voto positivo para le ley "ómnibus" y también evitar el rechazo del DNU.

Incluso se permitió no dar por perdidos todos los votos de los kirchneristas: "la provincia de Buenos Aires también está quebrada, hay que ver qué van a hacer", planteó en referencia a los legisladores cercanos a Axel Kicillof.

En otro orden, el dirigente salió a rechazar las versiones que surgieron en los últimos días sobre fuertes internas dentro de la gestión libertaria, al punto de que se llegó a hablar hasta de la renuncia de uno de los ministros.

"No hay ninguna interna, no hay nada de halcones y palomas. La realidad es que dentro del Gobierno hay más dialoguistas y menos, en muchos casos según el rol que le toca jugar a cada uno, pero la postura sigue siendo una", advirtió al ser consultado sobre la cuestión.