El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires recusó al juez Roberto Gallardo, el mismo que suspendió el programa de reconocimiento facial de prófugos tras detectar una serie de presuntas irregularidades, por “temor de parcialidad”.

El escrito, presentado por el apoderado del gobierno porteño, Diego Sebastián Farjat, asegura que Gallardo ha demostrado una evidente falta de imparcialidad, además del desatino con que condujo el actual proceso, que lleva a rechazar su artero accionar y requerir su apartamiento de la causa”.

Según la recusación, Gallardo, “tan afecto a mediatizar las causas en las que interviene, no deja de sorprender por la forma en que conduce el proceso”.

“Pudo haber requerido se le diera respuesta acerca de las supuestas irregularidades que cree haber detectado en el sistema. Sin embargo, decidió disponer que se allanen las oficinas y mantener cautivos a los funcionarios que se encontraban allí hasta tanto se concluyera con la requisa”, cuestionó.

Además, le reprochó al juez el “absoluto secretismo, salvo para algunos medios” con que lo acusa de haberse manejado.

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Para el gobierno porteño, “el ámbito judicial no es el propicio para debatir este tipo de cuestiones” relacionadas con el reconocimiento facial como herramienta para la seguridad ciudadana.

A su vez, el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, planteó que "es una vergüenza que algunos jueces actúen políticamente y sean funcionales al kirchnerismo".

“El Poder Judicial carece del conocimiento técnico y de los recursos humanos necesarios para analizar y determinar cuáles serían las políticas de seguridad más convenientes para la defensa de la ciudadanía”, sostiene el escrito de ocho páginas.

“Es insólito, contrario a derecho y de una parcialidad manifiesta que el juez dicte medidas para mejor proveer, ya no respecto del fondo del asunto sino, en lo que supone la búsqueda de algún resquicio que le permita dictar una cautelar cuando la actora no acredita ni la verosimilitud del derecho ni peligro en la demora”, remarcó la presentación.

El apoderado Farjat remató la recusación reiterando que Gallardo “incurre en manifiesta imparcialidad”.