La vicepresidenta Cristina Kirchner volverá a encabezar un acto en Plaza de Mayo después de siete años y medio, cuando el 9 de diciembre de 2015 realizó un emotivo discurso de despedida antes cientos de miles de simpatizantes. 

Para este 25 de mayo, cuando se cumplan exactamente 20 años de la asunción de Néstor Kirchner como presidente en un nuevo aniversario patrio, la vicepresidenta no quiere que falte nadie y por eso armó una lista con 300 personalidades de la política, del movimiento de Derechos Humanos, del sindicalismo, de los movimientos sociales y de la cultura.

Pese a haber adherido a la convocatoria y haber llamado a movilizar, el presidente Alberto Fernández, alejado por diferencias con Cristina Kirchner, no sería de la partida.

Tras haber ratificado en una carta que no será candidata en ningún tramo de la boleta del Frente de Todos como le pedía la dirigencia y la militancia oficialista, la vicepresidenta no piensa irse del centro de la escena y lo que vaya a decir en Plaza de Mayo ya genera ansiedades en todo el ecosistema político, en la recta final de las definiciones electorales.

Incluso desde la oposición están expectantes de que este jueves Cristina Kirchner muestre finalmente sus cartas e indique quién será su candidato presidencial y a gobernador bonaerense. 

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Si bien es cierto que la jefa del kirchnerismo podría aprovechar la enorme exposición del acto, que se transmitirá en una virtual cadena nacional por todos los medios abiertos y de noticias, hay dudas de que anticipe su jugada cuando todavía restará casi un mes para el vencimiento del plazo formal de inscripción de candidaturas. 

Incluso hay quienes piensan que si en el peronismo termina imponiéndose el escenario de una interna abierta en las PASO, ella podría optar por abstenerse de bendecir a un candidato en particular, y convertirse así en una suerte de árbitro imparcial.

De todos modos, si uno de los candidatos fuera alguien de su espacio político, como por ejemplo Eduardo "Wado" de Pedro o Axel Kicillof, quedaría bastante claro por dónde pasarían sus preferencias.

Justamente estos dos nombres son los que corren con ventaja en la consideración de Cristina Kirchner. En los papeles, Kicillof iría como candidato a la reelección en la provincia de Buenos Aires, ya lanzado en esa empresa, mientras que Wado se está moviendo como referente nacional por todo el país. Sin embargo, la vicepresidenta podría invertir los roles en una simple jugada, que claramente no sería del agrado del actual gobernador.

Este Plan B se mantiene en gateras por si la candidatura de De Pedro no levanta vuelo, a sabiendas de que se trata de un nombre con menor nivel de conocimiento a nivel nacional y con menor intención de voto a la de Kicillof.