El femicida de Anahí Benítez, la adolescente de 16 años que fue encontrada asesinada y semienterrada en la reserva Santa Catalina, del partido bonaerense de Lomas de Zamora, en agosto de 2017, fue condenado a prisión perpetua.

Se trata de Marcos Bazán, de 34 años, quien había sido condenado el 27 de mayo pasado por el delito de "privación ilegal de la libertad agravada, homicidio triplemente agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género" y también como partícipe necesario de un "abuso sexual agravado por acceso carnal" tras el juicio realizado en el Tribunal Oral Criminal (TOC) 7, pero el anuncio de la pena se había dilatado hasta este martes.

Una vez comunicada la prisión perpetua, las partes involucradas aguardaban que se les comunicaran los fundamentos, lo que se demoraba al ritmo de las restricciones por el aislamiento social, preventivo y obligatorio impuesto por el Gobierno nacional por la pandemia del Covid-19.

La semana pasada, al conocerse la sentencia condenatoria, la defensa de Bazán sostuvo, tal como lo hizo durante todo el proceso judicial, que el hombre es inocente y que la causa estuvo armada desde el primer momento, ya que dijeron que no existen pruebas en su contra ni nada que lo vincule al otro imputado de la causa, Marcelo Villalba.

En tanto, Silvia Pérez, la madre de Anahí, si bien celebró el fallo condenatorio, y con sus abogados solicitó la prisión perpetua para Bazán, pidió que se continúe con la investigación.

El cuerpo de la joven fue hallado semienterrado en la reserva Santa Catalina del partido de Lomas de Zamora, el 4 de agosto de 2017, tras permanecer desaparecida durante casi una semana.

El lugar del hallazgo se encontraba a poco más de 200 metros de la casa de Bazán, y el mismo fue marcado por un perro rastreador.

La autopsia determinó que la joven había muerto por asfixia por sofocamiento y que había sido víctima de un ataque sexual.

En la causa también había sido imputado Marcelo Villalba, ya que se encontraron rastros de su ADN en el cuerpo de la víctima, pero el hombre no fue juzgado al quedar probado que sufre problemas psiquiátricos.

La Justicia determinó en la segunda audiencia del juicio que comenzó en febrero pasado, que Villalba era un "psicótico", y ordenaron que fuese trasladado a un neuropsiquiátrico.