Por Bruno Costanzo

La reciente reaparición de Mauricio Macri agitó las placas tectónicas de Juntos por el Cambio que, de manera anticipada, comienza a discutir liderazgos de cara a las elecciones de medio término y a las presidenciales de 2023, donde varios dirigentes planean disputar la candidatura para ocupar el sillón de Rivadavia.

"No voy a ser candidato en 2021, no es mi lugar y no necesito fueros", aseguró el ex presidente el pasado martes en declaraciones televisivas, en tanto que agregó, en un claro mensaje al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que "no hace falta hacer parricidio".

Si bien todos los líderes de las distintas fuerzas que componen Juntos por el Cambio señalan que es importante mantener la unidad, lo que consideran uno de los principales activos del espacio, la figura de Macri, que volvió a escena intempestivamente, incomoda en todos los rincones de la coalición que llegó al poder en 2015.

Pese a que Rodríguez Larreta es quien mejor imagen tiene en las encuestas, con la mayor brecha entre imagen positiva y negativa, lo que en política es valioso a la hora de buscar a los votantes indecisos, en el radicalismo no están dispuesto a sepultar tan fácilmente las aspiraciones de la Presidencia, luego de cuatro años de Macri en los que consideran que tuvieron muy poco lugar en la toma de decisiones.

"En 2023, el radicalismo no va a ser furgón de cola de nadie. En 2015, ganamos las elecciones pero no accedimos al Gobierno. Estábamos ausentes en la toma de decisiones y no estuvimos de acuerdo en muchas cosas que se hicieron", remarcó a NA un histórico dirigente radical que de todos modos defiende la alianza con Mauricio Macri y Elisa Carrió formulada para el 2015.

Ernesto Sanz, histórico líder radical que hace cinco años abandonó la política activa, aseguró que "hoy hay un liderazgo colectivo de Juntos por el Cambio, lo que es un desafío porque estamos acostumbrados al caudillismo".

"El liderazgo individual de Juntos por el Cambio se definirá en tres años cuando haya que definir candidatos presidenciales", indicó Sanz en diálogo con AM 550.

Por su parte, desde el larretismo ya trabajan para posicionar al jefe de Gobierno como candidato presidencial en 2023 en un espacio para el que ya trabajan Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, el "ala política" que Macri acusó de mala praxis en sus recientes intervenciones.

"La diferencia fundamental entre Horacio y Macri es que Horacio cree en el diálogo de verdad. Él cree que sería más fácil ganar las elecciones apostando a la grieta, como muchos piden, pero que eso no sirve después para gobernar y siempre termina mal", explicó a NA uno de los principales asesores políticos que asiste al mandatario porteño.

En la Coalición Cívica también expresan diferencias con las recientes declaraciones del ex presidente: Elisa Carrió, que por el momento está retirada y asegura que no será candidata en 2021, brindó una entrevista a Jorge Lanata el domingo en la que llamó a moderar las críticas al presidente Alberto Fernández para asegurar la gobernabilidad frente a los riesgos de la "anarquía de valores".

Andrés De Leo, presidente de la Coalición Cívica-ARI bonaerense, afirmó la semana pasada que Macri "no es el líder ni el referente de Juntos por el Cambio", y advirtió que el espacio debe "tener una mirada hacia adelante" sin "repetir errores políticos, sobre todo de gestión económica".

El titular del bloque PRO en Diputados, Cristian Ritondo, también salió a diferenciarse del ex mandatario: "Macri es uno de los líderes de Juntos por el Cambio, pero no es el único. A mi me conduce María Eugenia Vidal, ella tiene el liderazgo dentro de la Provincia".

Sucede que, según sondeos de imagen de la provincia de Buenos Aires, Macri y el PRO son ampliamente rechazados por el electorado bonaerense, por lo que existen pocas posibilidades de que emerja un liderazgo en la Provincia ligado muy estrechamente al ex presidente.

"No creo que Frigerio y Monzó hayan hecho las cosas, no comparto eso. Hicieron un trabajo difícil y complicado. Las discusiones no se tienen que dar puertas afuera. Los trapos deberían limpiarse en casa", señaló Ritondo.

Aunque muchos cuestionaron las críticas públicas de Macri a Monzó y Frigerio, desde el macrismo duro reiteran que fue justamente Monzó el que, durante una entrevista con Jorge Fontevecchia, "quiso jubilar" al ex presidente de Boca.

"Macri sacó el 41% de los votos y lo conocen en todo el país. El es un símbolo del antipopulismo latinoamericano y lo respetan en el mundo. De todos modos, su prioridad para 2023 es que Juntos por el Cambio vuelva al poder. Si hay alguien que tiene más chances que él, no va a ser un obstáculo", señalaron a NA cerca del ex presidente.

Por último, el ex senador Miguel Ángel Pichetto también quiere sentarse a discutir en la mesa de poder de la oposición: el ex compañero de fórmula de Macri destaca el valor del líder del PRO, pero trabaja en un espacio propio en el que recluta a "peronistas en desuso", como definió el escritor Jorge Asís.

El dirigente peronista asegura en su entorno que habrá mucho "peronismo herido" después de las elecciones de medio término y buscará imantarlos a su espacio.

A su vez, trabaja junto a su hijo Juan Manuel Pichetto, quien fue en 2015 candidato a intendente de Viedma, y ahora, tras finalizar una maestría en Economía en una importante universidad privada porteña, planea instalarse allí para abocarse a la política territorial en la provincia que le negó la gobernación a su padre.