Ante la crisis sanitaria mundial y su impacto en nuestro país, el Estado tuvo que salir a dar respuesta en un escenario con una terrible crisis económica y social, producto de cuatro años de un gobierno con una mirada economicista de la política pública.

Un gobierno recién llegado, con un Estado vaciado, pero con una clara mirada puesta en cuidar la vida de los argentinos y abordar todos los momentos de vulnerabilidad social que padezcan. Se pusieron en marcha herramientas y mecanismos para fortalecer las bases de nuestra vida cotidiana, no sólo de las familias, que se ven obligadas a quedarse en casa, sino de las organizaciones sociales que asisten los barrios y hacen que la emergencia no siga haciendo.

La necesidad de quedarnos en casa, evidenció lo que ya todas sabíamos: que la casa funciona porque ahí estamos y que las mujeres, cuando el barrio sufre, somos las primeras en salir a pelearla.

El aislamiento social, preventivo y obligatorio también les recordó (porque nosotras lo tenemos bien presente) que nos matan en nuestra casa. Que las políticas de seguridad no alcanzan para protegernos si no trabajamos en un plan a largo plazo, en conjunto y a paso firme.

Hace 5 años que las mujeres nos organizamos cada 3 de junio contra la violencia machista, porque nos matan por ser mujeres. Nos organizamos contra los femicidios, la expresión más extrema de la desigualdad. Pero la demanda es a una respuesta amplia y transversal, como lo es la violencia que padecemos. Queremos trabajo, acceso a la política, a la salud, igualdad en la vida. Porque sabemos que sólo trabajando en cada una de estas cuestiones de fondo, llegaremos a terminar con la violencia de género.

Hoy tenemos un gobierno que no mira para otro lado. Por primera vez tenemos un Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, que en medio de la pandemia trabaja para estar cerca aún en aislamiento. Trabaja para visibilizar las políticas de cuidado, en un contexto en donde la palabra cuidar en la clave del éxito. Y para que cada área de gobierno no de un solo paso sin una correcta mirada de género.

La pandemia evidenció nuestra organización. Somos las que cuando se complica, sostenemos. Y el Estado que hoy tenemos se apoya en esta fuerza, la asiste y la ayuda a organizarse. Y el día después de la pandemia tendremos eso, el reconocimiento a todo lo que hacemos. Nuestro desafío está en poner nuestro trabajo en primera fila, en que no vuelva nunca más al final de la cola cuando se trata de políticas públicas.

Para eso estamos ahí, estamos gobernando. Estamos llevando nuestra demanda a la agenda política, como lo llevamos a la mediática y cómo lo hicimos en la calle. Organizadas. La nueva normalidad tendrá en cuenta esa enorme red que somos juntas. Le dará el valor que le corresponde en la construcción social y colectiva. Porque volvimos mejores.

(*) - Subsecretaria de Inclusión e Integración Social, de la Secretaria de Inclusión Social del Ministerio de Desarrollo Social de Nación y concejala de Tigre.