Una mujer considerada por el Poder Judicial “víctima” de la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA) presentó un escrito ante el juez Ariel Lijo en el que negó esa calificación y desmintió haber sido obligada a tener sexo con el empresario jujeño Carlos  Blaquier.

Lijo es el juez que días atrás mandó a juicio oral a 17 acusados de asociación ilícita, trata de personas y lavado de activos.

“No se trata ni de filosofía, ni de yoga, ni de literatura. Se trata de cómo se organizó y se llevó adelante un sistema a través del cual se obtuvieron cuantiosas sumas económicas a partir de la explotación sexual de mujeres en Argentina y en Estados Unidos”, sostuvo el juez.

Sin embargo, la supuesta víctima (cuya identidad permanecerá en reserva) negó la descripción de los hechos por los que aparece en la causa, especialmente haber sido forzada a tener sexo con Blaquier.

Jamás mantuve relaciones íntimas con Carlos Pedro Blaquier. La mente retorcida que escribió lo antes transcripto será quien tendrá que demostrar lo contrario. Y no podrá demostrarlo, porque jamás sucedió”, sostiene la nota. 

Más allá de negar esa situación, la supuesta víctima proclamó: “Que quede entonces también claro: Mi vida sexual sólo a mí me concierne. Jamás nadie en la EYBA me utilizó, ofreció, obligó o indujo a nada”.

“Según la presente causa yo fui captada por la EYBA con fines de explotación sexual, pero eso es sólo un relato, pues no surge de ninguna prueba”, dijo la mujer, tras recordar que esa misma situación ya había sido resuelta por el Poder Judicial hace más de dos décadas.

“Es importante lo que se demostró en aquella causa respecto de mi supuesta captación y reducción a servidumbre: (…)  ‘Cabe concluir, pues, en el dictado del sobreseimiento de todas aquellas personas implicadas en la presunta comisión del delito de reducción a la servidumbre, en lo que respecta’” a la mujer considerada víctima.

“Sobre una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada que determina: mi no captación, mi no cerebro lavado y mi libre adhesión a la EYBA, pretende la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) pasar por encima para plantear, más de 20 años después, mi captación apoyándose en el relato de captación del denunciante Pablo Gastón Salum, quien ni siquiera me nombra”, indicó en el escrito.

“Tal afirmación es un sofisma total, que no respeta los principios más básicos de la lógica”, resumió.