El número de muertos derivado del dramático desprendimiento de un glaciar al norte de Italia se elevó a siete un día después de la tragedia, mientras los rescatistas siguen buscando sobrevivientes.

El primer ministro de Italia, Mario Draghi, viajó a la zona en donde al menos siete alpinistas perdieron la vida después de que parte del glaciar Punta Rocca, en la cumbre del Marmolada en las montañas Dolomitas, se desprendió el domingo, lo que causó un derrumbe masivo de hielo, nieve y rocas.

Las autoridades ya descubrieron otro cuerpo luego de que el domingo se anunció la primera cifra de fallecidos, en tanto que diez personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad. En tanto el número de desaparecidos se redujo cuando funcionarios de la región de Trentino informaron que un alpinista austriaco había sido encontrado, pero otros 13 continuaban desaparecidos.

Funcionarios atribuyeron la tragedia a temperaturas abrasadoras: cuando el glaciar se desprendió, la temperatura en la cima de la montaña se ubicaba, según informes, en alrededor de 10 grados centígrados cuando el índice normal para esta época del año se ubica por debajo de cero.

Los últimos esfuerzos de búsqueda estaban concentrados en el uso de drones autónomos con sensores de calor.

Estado de emergencia

El Gobierno italiano declaró un estado de emergencia por la prolongada ola de calor y las condiciones de sequía que han afectado gravemente al país, principalmente al norte.

El estado de emergencia, que permanecerá vigente al menos hasta fin de año, dará al Gobierno fondos y poder adicionales para enfrentar las condiciones de calor y sequía que amenazan con reducir la producción agrícola del país en una tercera parte.

El Gobierno también destinó un total de 36,5 millones de euros (38,1 millones de dólares) a las regiones septentrionales de Emilia-Romaña, Friuli-Venecia Julia, Lombardía, Piamonte y Véneto para abordar su falta de agua.

Se prestará atención a aliviar la sequía a lo largo del río Po, la mayor vía fluvial de Italia que se ubica 85 por ciento por debajo de su nivel normal de agua, y en los Alpes orientales.

La mayoría de las zonas de Italia fueron asoladas por temperaturas récord y los termómetros superan constantemente los 40 grados centígrados.

El decreto se emitió un día después de que se registró el desprendimiento de un glaciar en el noreste de Italia, atribuido a las altas temperaturas.