Un hecho insólito sucedió en la playa de Kaimana, Hawái, cuando una nadadora se acercó a una foca Monje y este la atacó. Las imágenes del momento fueron tomadas por turistas que se encontraban en el lugar y pudieron observar el movimiento del animal contra la mujer.

Allí se observa como la nadadora se aproxima a la foca y de repente el animal abre grande su boca como manera de ataque y defensa. Por como se movía indican que la foca estaba buscando a su cría de dos semanas que estaba desaparecida y la mujer no advirtió los riesgos que existían al haberse acercado en el peor momento.

Aunque el suceso ocurrió el 24 de julio, recién ahora se dan a conocer las imágenes que rápidamente comenzaron a circular por todo el mundo. La mujer solo sufrió heridas leves aunque los videos son más que desesperantes.

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Video: una foca atacó a una nadadora en las playas de Hawái
Los lugareños manifiestan que los turistas no le dan importancia a los carteles de precaución

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Los especialistas informaron que la foca Rocky estaba buscando a su cría y que ante los ladridos del animal todos los turistas y aquellos que se encontraban en el lugar decidieron salir del agua, salvo esta mujer que prefirió quedarse y someterse al riesgo que terminó generando. 

Cuando la foca se empezó a aproximar a la nadadora las personas que se encontraban a salvo en la orilla comenzaron a gritarle que regrese ya que la situación que vivía el animal podría genera un peligro porque la foca podría llegar a pensar que ella los iba a atacar.

Ante este acercamiento la mujer constata que la situación era peligrosa, pero cuando decide regresar ya era tarde y tenía al animal casi encima de ella. De inmediato un bote decide ir a ayudarla a llegar a la orilla para que de ahí dos hombres la recojan y la lleven a un lugar seguro: “Si no fuera por el chico del kayak que remaba para salvarla, habría sido mordida”, relató un testigo. 

Residentes del lugar denuncian que todo el tiempo personas que no habitan por la zona se meten en el lugar que preserva a las focas y que está señalizada por sogas y carteles que advierten sobre su presencia y de la importancia que genera no ingresar allí: “No están escuchando, simplemente los atraviesan, les decimos que no vayan allí y todavía los atraviesan”.