El populista de extrema derecha anti-Unión Europea Geert Wilders comenzaba a buscar socios de coalición este jueves, después de una masiva victoria electoral que tendrá amplias repercusiones en Países Bajos y Europa.

Wilders es un fanático del primer ministro euroescéptico de Hungría, Viktor Orban, según la óptica de la agencia de noticias Reuters. 

Prometió detener toda inmigración, recortar los pagos holandeses a la Unión Europea y bloquear la entrada de cualquier nuevo miembro, incluida Ucrania.

Superando todas las predicciones, su Partido de la Libertad (PVV) obtuvo 37 escaños de 150, muy por delante de los 25 de una candidatura conjunta Laborista/Verde y de los 24 del conservador Partido Popular para la Libertad y la Democracia (VVD) del primer ministro saliente, Mark Rutte.

"La era Rutte termina con una revuelta populista de derecha que sacude (La Haya) hasta sus cimientos", afirmó el diario holandés de centroderecha NRC.

Una coalición del Partido de la Libertad, VVD, y el partido NSC del legislador centrista Pieter Omtzigt tendría 81 escaños combinados, lo que la convierte en la combinación más obvia, pero que probablemente requerirá meses de difíciles conversaciones.

Ninguno de los partidos con los que Wilders puede formar un gobierno comparte sus ideas anti-UE, anotó Reuters. 

"Estoy seguro de que podremos llegar a un acuerdo. Queremos gobernar y... gobernaremos", anunció durante su discurso victorioso.

El triunfo de Wilders envía una señal de advertencia a los principales partidos de toda Europa antes de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo junio. 

Probablemente estarán en disputa los mismos temas que las elecciones neerlandesas: inmigración, costo de vida y cambio climático.

"Los Países Bajos no son Francia", reaccionó rápidamente el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, aunque reconoció que las elecciones allí mostraron "los temores que están surgiendo en Europa" sobre la inmigración y la economía y la necesidad de que los gobiernos demuestren a los ciudadanos que sus políticas están dando frutos.

Sin duda, las elecciones polacas del mes pasado, ganadas por un grupo de partidos proeuropeos contra el nacionalista Ley y Justicia (PiS), muestran que no todos los países de la región están girando hacia la derecha.

Pero el viceprimer ministro italiano y líder de la Liga de extrema derecha, Matteo Salvini, advirtió que las elecciones neerlandesas demostraban que "una nueva Europa es posible".

El año pasado, Italia formó su gobierno más derechista desde la Segunda Guerra Mundial tras la victoria electoral de Giorgia Meloni.

La victoria de Wilders se produce dos meses después del regreso al poder del igualmente populista anti-UE Robert Fico en Eslovaquia, quien prometió detener la ayuda militar a Ucrania y reducir la inmigración.

Wilders repitió de manera incesante que los Países Bajos deberían dejar de suministrar armas a Ucrania, ya que dice que el país las necesita para poder defenderse.

"Tendremos que encontrar maneras de estar a la altura de las esperanzas de nuestros votantes, de devolver a los neerlandeses al primer puesto", afirmó Wilders.

Organizaciones islámicas y marroquíes expresaron su preocupación por la victoria de Wilders. Los musulmanes constituyen alrededor del 5% de la población.

"La angustia y el miedo son enormes", declaró a la agencia de noticias holandesa ANP Habib el Kaddouri, que dirige una organización que representa a los marroquíes holandeses.

 Extracto y adaptación del artículo firmado por Bart H. Meijer y Charlotte Van Campenhout para la agencia de noticias Reuters