Un misil ruso derribó un bloque de departamentos en una región ucraniana que Moscú dice haber anexionado, matando al menos a tres personas, mientras aumenta el descontento dentro de Rusia sobre la gestión de la guerra por parte de los altos mandos.

El ataque con misiles contra la ciudad de Zaporiyia, en la región meridional del mismo nombre, dejó a algunas personas sepultadas bajo los escombros, según reveló el gobernador regional, en un nuevo recordatorio de la capacidad de Moscú para atacar objetivos incluso en un momento en que sus fuerzas
retrocedieron en el sur y el este. 

No hubo comentarios inmediatos por parte de Rusia, cuya invasión de Ucrania comenzó a derrumbarse tras una contraofensiva ucraniana en la que se retomaron miles de kilómetros cuadrados de territorio desde principios de septiembre. En un golpe para Moscú, miles de tropas rusas se retiraron tras el desmoronamiento de la línea del frente, primero en el noreste y, desde principios de esta semana, también en el sur. 

Las críticas públicas a los altos mandos militares rusos, antes tabú, también están aumentando después de que dos aliados del presidente Vladimir Putin criticaron lo que, según ellos, es una forma incompetente librar una guerra.

Este jueves, un funcionario ruso instalado en la Ucrania ocupada reflexionó de forma abierta sobre la idea de que Sergei Shoigu, ministro de Defensa y aliado de Putin, se pegara un tiro por sus fracasos militares.

"De hecho, muchos dicen: si fueran ministros de Defensa que hubieran permitido tal estado de cosas podrían, como oficiales, haberse pegado un tiro. Pero saben que la palabra 'oficial' es incomprensible para muchos", afirmó en un video Kirill Stremousov, jefe adjunto de la administración instalada por Moscú en la región ucraniana de Jersón. No hubo comentarios inmediatos del Ministerio de Defensa.

El descontento empezó a surgir incluso entre los presentadores leales de la televisión estatal, según cita la agencia Reuters. "Por favor, explíquenme cuál es la genial idea del Estado Mayor ahora. ¿Cree que el tiempo está de nuestra parte? Ellos (los ucranianos) han aumentado enormemente su cantidad de armas (...) Pero, ¿qué han hecho en ese tiempo?", se preguntó Vladimir Solovyov, uno de los más destacados presentadores rusos de programas de entrevistas, en su canal de internet".

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Ataque con misiles

Las imágenes de las consecuencias del ataque con misiles del jueves mostraron un enorme agujero lleno de escombros donde se encontraba un bloque de departamentos de cinco plantas de color terracota junto a una tienda de vinos. 

Reporteros de Reuters vieron a los bomberos bajando a un padre y a su hijo por una escalera y hablando con un hombre mayor que seguía atrapado bajo los escombros. Eduard, un hombre de 49 años que sobrevivió al ataque, contó que se despertó alrededor de las 5:00 por una fuerte explosión. 

"La habitación se llenó de humo y polvo. Me levanté de un salto para ir a ver qué había pasado", afirmó. Doce personas resultaron heridas, entre ellas un niño de tres años, y cinco seguían bajo los escombros, dijo Oleksandr Starukh, el gobernador.

El ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, dijo en Twitter que Rusia había disparado siete misiles contra "personas que dormían tranquilamente en sus casas". "Durante el día han golpeado más. Los rusos siguen golpeando deliberadamente a los civiles para sembrar el miedo", acotó.

El ataque con misiles se produjo un día después de que Putin firmó una ley para incorporar a Rusia cuatro regiones ucranianas parcialmente ocupadas, incluida Zaporiyia, en el mayor intento de anexión de Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo en un discurso nocturno el miércoles que su ejército retomó más asentamientos en el sur de la región de Jersón. Imágenes publicadas desde allí mostraron un vehículo de combate de infantería ruso con un trozo de tela blanca envuelto alrededor del cañón de su arma rindiéndose.

El ejército ucraniano en el sur dijo que sus fuerzas mataron al menos a 58 combatientes rusos y destruyeron nueve tanques. Stremousov, el oficial instalado por Rusia en Jersón, dijo que el avance ucraniano en la zona se había detenido.

En la región de Járkov, en el noreste, un general ucraniano aseguró este jueves que las fuerzas de Kiev avanzaron hasta unos 55 kilómetros en las últimas dos semanas, pero Reuters no pudo verificar de inmediato los informes. En el este, las fuerzas rusas seguían atrincheradas en torno a la ciudad de Bakhmut.

Los lanzacohetes múltiples y la artillería ucraniana intercambiaron el jueves un fuego casi constante con las fuerzas rusas, que bombardearon la zona durante meses, destruyendo viviendas e infraestructuras y provocando la huida de gran parte de la población. Allí residían unos 70.000 habitantes de antes de la guerra.

Por Jonathan Landay y Pavel Polityuk, de la agencia Reuters