Tensa relación diplomática entre Brasil y Nicaragua
Managua dio el primer paso expulsando al embajador de la nación sudamericana y Brasilia actuó en reciprocidad.
El embajador de Brasil en Nicaragua, Breno Souza da Costa, abandonó el país, confirmó la vicepresidenta, Rosario Murillo, una acción que tuvo reciprocidad con la expulsión por parte de Brasilia de la diplomática de la nacióncentroamericana. Murillo reveló que la embajadora de Nicaragua en Brasil, Fulvia Patricia Castro Matus, también estaba regresando a Nicaragua, donde se desempeñará como ministra de la Economía Familiar a partir de su llegada, una vez formalizado el nombramiento por el presidente nicaragüense, Daniel Ortega.
El Gobierno de Brasil decidió este jueves ordenar la retirada de la embajadora de Nicaragua en reciprocidad a la idéntica decisión de Managua comunicada días mediante nota diplomática anterior, según se refieren medios locales en ambos países. La información fue confirmada a Xinhua por la oficina de prensa de la cancillería brasileña, la cual hasta el final de la tarde del jueves no había divulgado ninguna nota oficial sobre el asunto.
El Gobierno nicaragüense decidió expulsar al embajador brasileño en Managua después de que éste no asistió el pasado 19 de julio a la celebración del 45º aniversario de la Revolución Sandinista, lo que generó descontento en el Gobierno de Daniel Ortega, informó la agencia de noticias Xinhua. Hace aproximadamente 15 días, el Gobierno de Ortega había informado a la diplomacia brasileña que estaba considerando la expulsión del diplomático debido a la ausencia en el evento que conmemora la revolución que en 1979 derrocó la dictadura de 40 años de la familia Somoza.
"El Ministerio de Relaciones Exteriores dijo también que esto no representa una ruptura de las relaciones diplomáticas y que se mantendrán todos los servicios consultivos prestados a la población brasileña residente en Nicaragua", señaló la Agencia oficial Brasil.
Las relaciones entre ambos países se tensaron cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva intentó, a petición del papa Francisco, mediar en la liberación de un obispo encarcelado por las autoridades nicaragüenses. Durante una rueda de prensa con medios extranjeros en julio pasado, Lula da Silva comentó que Ortega no había respondido a sus peticiones de diálogo.