La capital de Suiza, Berna, examina un plan piloto para permitir la venta de cocaína para uso recreativo, un enfoque radical a la guerra contra las drogas que no se habría probado en otros lugares.

El Parlamento de Berna apoyó la idea, que aún debe superar la oposición del gobierno de la ciudad y también requerirá un cambio en la legislación nacional, informó la agencia de noticias Reuters.

La política contra las drogas en todo el mundo está evolucionando: el estado estadounidense de Oregón, por ejemplo, despenalizó la posesión de pequeñas cantidades de cocaína en favor del tratamiento contra las drogas.

Muchos países europeos, incluidos España, Italia y Portugal, ya no imponen penas de prisión por posesión de drogas, incluida la cocaína, aunque en ninguno se llegó tan lejos como la propuesta que se debate en Berna, continuó Reuters.

Suiza está reexaminando su postura sobre la droga después de que algunos políticos y expertos criticaran las prohibiciones completas como ineficaces, con la propuesta -actualmente en sus primeras etapas- tras los ensayos en curso para permitir la venta legal de cannabis.

"La guerra contra las drogas ha fracasado y tenemos que buscar nuevas ideas. El control y la legalización pueden ser mejores que la mera represión", declaró Eva Chen, miembro del consejo de Berna del Partido Alternativa de Izquierda que copatrocinó la propuesta.

La rica Suiza tiene uno de los niveles más altos de consumo de cocaína en Europa, según los niveles de drogas ilícitas y sus metabolitos medidos en las aguas residuales, con Zurich, Basilea y Ginebra entre las 10 principales ciudades de Europa.

Las ciudades suizas, incluida Berna, también muestran un consumo creciente, mientras que los precios de la cocaína se redujeron a la mitad en los últimos cinco años, según Addiction Switzerland, una organización no gubernamental.

"Actualmente tenemos mucha cocaína en Suiza, a los precios más baratos y con la mejor calidad que jamás hayamos visto. Hoy en día se puede conseguir una dosis de cocaína por unos 10 francos, no mucho más que el precio de una cerveza", informó Frank Zobel, subdirector de Addiction Suiza.

La Dirección de Educación, Asuntos Sociales y Deportes de Berna se muestra en contra del consumo de cocaína puesto que puede poner en peligro la vida tanto de los consumidores primerizos como de los consumidores prolongados. 

"Las consecuencias de una sobredosis, pero también la intolerancia individual incluso a las cantidades más pequeñas, pueden provocar la muerte", advirtió el gobierno de Berna.

Cualquier legalización iría acompañada de controles de calidad y campañas de información, declaró Chen, y el enfoque también reduciría un lucrativo mercado criminal.

Los expertos están divididos, e incluso los que están a favor están preocupados por los peligros potenciales.

"La cocaína es una de las sustancias más adictivas que se conocen", afirmó Boris Quednow, líder del grupo del Centro de Investigación Psiquiátrica de la Universidad de Zurich.

Por otro lado, Thilo Beck, del Centro Arud de Medicina de las Adicciones, el mayor centro de medicina de las adicciones de Suiza, afirmó que es hora de adoptar una política más "adulta" hacia la cocaína.

"La cocaína no es saludable, pero la realidad es que la gente la consume. No podemos cambiar eso, por lo que debemos intentar garantizar que la gente lo utilice de la manera más segura y menos dañina", indicó.

Leo, un consumidor de cocaína de Ginebra, dijo que legalizar la droga facilitaría el tratamiento, además de reducir la violencia  el crimen relacionados con el suministro, en tanto que facilitaría el control de la calidad de los medicamentos comercializados.