Las delegaciones de Rusia y de Ucrania celebraban este jueves su segunda ronda de negociaciones desde el inicio de la operación militar de Moscú, días después de que la región bielorrusa de Gómel acogiera el lunes un primer contacto, que se prolongó por cinco horas. 

Las conversaciones tienen lugar en la zona del bosque de Belovezha, en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, informaron los sitios informativos de Rusia, país que este miércoles apuró el nuevo encuentro enviando a sus representantes con urgencia.

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El sitio RT apuntó que este martes, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, afirmó que Kiev está dispuesto a dialogar y quiere poner fin al conflicto por la vía diplomática, pero advirtió que la delegación ucraniana se retirará de la mesa negociadora si Rusia pone ultimátums en las conversaciones. "Buscaremos una solución, pero no cumpliremos ultimátums rusos", señaló.

Esta negociación y su puesta en marcha no detuvieron las acciones bélicas: ni los bombardeos rusos cesaron ni se apagó la tenaz resistencia de la que se ufana Ucrania en todos sus comunicados. Vladímir Medinski, asesor del presidente ruso Vladímir Putin, es quien encabeza la comitiva rusa. La delegación ucraniana partió de su país en helicópteros con demoras, este jueves, según lo anunció el jefe de la Oficina del Presidente, Mykhailo Podoliak, informó Ukrinform.

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Completan el contingente ucraniano Davyd Arakhamia, jefe de la facción parlamentaria del Siervo del Pueblo; el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov; el primer jefe adjunto de la delegación de Ucrania en el Grupo de Contacto Trilateral, Andriy Kostin, el diputado del pueblo Rustem Umerov y el viceministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Mykola Tochytsky.

Rusia aseguró que armó un "corredor seguro" para que los diplomáticos pudieran abrirse paso entre las tropas invasoras y los servicios secretos de Bielorrusia se encargaron de  garantizar la seguridad total de los participantes de las negociaciones. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, había afirmado el martes en la ONU que su país tiene vocación de paz; mientras tanto, esta reunión se vio precedida por algunas chicanas, algunas sutiles, que partieron de la parte rusa.