Rusia y Estados Unidos reviven una vez más los ecos de la Guerra Fría. El Gobierno de Vladimir Putin anunció este 16 de abril medidas de “reciprocidad” contra Estados Unidos.

La primera será la expulsión de diez diplomáticos estadounidenses, según aseguró en las últimas horas el canciller ruso, Sergei Lavrov.

Asimismo, indicó que Moscú evalúa posibles medidas "dolorosas" contra los negocios de EE. UU. en Rusia. Entre ellas, el fin de las actividades de fondos estadounidenses y de oenegés de ese país en suelo ruso, que considera interfieren en los asuntos internos de su país.

Los anuncios de la Administración de Putin se producen un día después de que Washington retirara a diez diplomáticos rusos, incluidos integrantes de los servicios de Inteligencia.

Además, el Gobierno estadounidense sancionó a seis empresas tecnológicas rusas y bloqueó la posibilidad de Moscú de obtener préstamos, al prohibir a las instituciones financieras de EE. UU. comprar bonos del Banco Central, el fondo de riqueza nacional y el Ministerio de Finanzas de Rusia, a partir del próximo 14 de junio.

Se trata de un paquete de medidas que la Administración de Joe Biden preparó durante varias semanas en respuesta a la presunta interferencia en las elecciones presidenciales de 2020, los ataques cibernéticos contra varias agencias federales y grandes compañías de EE. UU., que habrían comenzado desde 2019 y penetraron en sus sistemas a través de un programa de la empresa SolarWinds y los movimientos militares de Rusia en la frontera con Ucrania, así como sus acciones en Afganistán.

Rusia y Estados Unidos, dos enemigos de larga data, mostraron un acercamiento durante el anterior Gobierno a cargo del republicano Donald Trump, pero esa relación fue fuertemente reprochada en el círculo político de Washington por presuntamente aliarse para interferir a su favor en la contienda electoral estadounidense, desde 2016, como señalaron las propias agencias de inteligencia de EE. UU.

Con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, las relaciones parecían tomar un buen camino cuando los dos gobiernos anunciaron la prórroga del tratado New START, el último entre los dos países que limita la capacidad de desarrollar armas nucleares.

Pero Biden parece no dejar pasar por alto las nuevas "agresiones" de Moscú. Recientemente, las relaciones volvieron a elevar la tensión en medio de la movilización de tropas rusas a Ucrania, país al que Estados Unidos ha ofrecido su completo respaldo.