Los ciudadanos ucranianos que habitan en los territorios anexados por el gobierno de Vladimir Putin, en el marco de la guerra que ya lleva quince meses, serán expulsados si se niegan a nacionalizarse rusos en el corto plazo.

A través de un decreto, dado a conocer este jueves, Putin puso como fecha límite el 1 de junio de 2024 para los habitantes de Donestk, Lugansk, Jerson y Zaporiya, las cuatro regiones ocupadas por los rusos.

Esta medida incluye a los ucranianos que habitaban en esas ciudades hasta el 30 de setiembre de 2022, cuando el mandatario ruso anunció la anexión.

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Esos ciudadanos ucranianos deben manifestar expresamente su voluntad de recibir el pasaporte ruso o bien mantener su ciudadanía actual, lo que los convertiría en apátridas. A partir de ese momento serán considerados extranjeros y podrían ser expulsados de lo que el Kremlin considera territorio de la Federación Rusa.

De todas maneras, se desconoce por el momento la cantidad de ucranianos que viven en las regiones anexadas, ya que muchos de ellos huyeron hacia otras ciudades de su país y también del exterior.

Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que no habrá paz con Rusia hasta que se restablezcan las fronteras internacionalmente reconocidas en 1991, cuando su país logró la independencia de la extinta URSS, luego de la caída del muro de Berlín.