Por Gabrielle Tétrault-Farber, de la agencia Reuters

El presidente ruso, Vladimir Putin, buscaba poner fin a los enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán después de que las hostilidades fronterizas mataran al menos a 49 soldados armenios y generaran temores de otra guerra en toda regla en la ex Unión Soviética.

Rusia, Estados Unidos y Francia pidieron moderación después de los combates más mortíferos desde que Armenia y Azerbaiyán libraron una guerra de seis semanas por el disputado enclave de Nagorno-Karabaj en 2020.

Armenia informó que varias ciudades cercanas a la frontera con Azerbaiyán, incluidas Jermuk, Goris y Kapan, fueron bombardeadas en las primeras horas del martes. Ereván dijo que había respondido a lo que llamó una "provocación a gran escala" por parte de Azerbaiyán.

Bakú dijo que fue atacado por Armenia. Reuters no pudo verificar de inmediato las cuentas del campo de batalla de ninguno de los lados.

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"Es difícil sobrestimar el papel de la Federación Rusa, el papel de Putin personalmente. El presidente, naturalmente, está haciendo todo lo posible para ayudar a reducir las tensiones en la frontera”, comentó a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

Rusia, que en febrero envió tropas a Ucrania en la mayor invasión terrestre europea desde la Segunda Guerra Mundial, es el principal agente de poder en el Cáucaso y un aliado de Armenia a través de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO), que liderada.

Moscú, que opera una base militar en Armenia, envió miles de fuerzas de paz a la región en 2020 como parte de un acuerdo para poner fin a una guerra durante la cual Azerbaiyán logró importantes avances territoriales en Nagorno-Karabaj y sus alrededores.

Turquía respalda a Azerbaiyán política y militarmente.

Lucha fronteriza

El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, acusó a Azerbaiyán de atacar ciudades armenias porque no quería negociar sobre el estatus de Nagorno-Karabaj, un enclave que se encuentra dentro de Azerbaiyán pero poblado principalmente por personas de etnia armenia.

Reveló que la intensidad de las hostilidades había disminuido pero que continuaban los ataques de Azerbaiyán.

Azerbaiyán, que acusó a Armenia de realizar actividades de inteligencia a lo largo de la frontera y mover armas, indicó que sus posiciones militares fueron atacadas por Armenia, admitió "pérdidas", pero no reveló el número de víctimas.

Los medios azerbaiyanos informaron que un acuerdo de alto el fuego se había roto casi inmediatamente después de que se hiciera cumplir este martes por la mañana.

Llamado a la calma

Tanto Rusia como los Estados Unidos, enfrentados por la guerra de Ucrania, pidieron a Bakú y Ereván que observaran la moderación.

“Como hemos dejado claro desde hace mucho tiempo, no puede haber una solución militar al conflicto. Instamos a poner fin a cualquier hostilidad militar de inmediato", se expresó el secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken a través de un comunicado. 

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia comunicó que el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán "debería resolverse exclusivamente por medios políticos y diplomáticos".

Los ministros de defensa de Armenia y Rusia hablaron el martes por la mañana y acordaron tomar medidas para estabilizar la situación en la frontera. El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, habló con su homólogo azerí, Jeyhun Bayramov, y pidió a Armenia que "cese en sus provocaciones".

Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, también instó a Nikól Pashinyan, primer ministro de Armenia, a evitar una mayor escalada. 

Michel se reunió con éste y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, el mes pasado en Bruselas para conversar sobre la normalización de los lazos entre los países, cuestiones humanitarias y la perspectiva de un tratado de paz sobre Nagorno-Karabaj.

Francia traerá a colación los enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán en el Consejo de Seguridad de la ONU, comunicó de su lado la oficina del presidente Emmanuel Macron.