Por Jake Cordell y Nina Chestney, de la agencia Reuters

El presidente ruso, Vladimir Putin, culpó este viernes a los Estados Unidos y a sus aliados de atacar los gasoductos submarinos Nord Stream, elevando la tensión de una crisis que ha dejado a Europa en una carrera por asegurar sus infraestructuras y suministros energéticos.

En un discurso pronunciado con motivo de la anexión de cuatro regiones ucranianas invadidas por las fuerzas rusas, Putin no ofreció ninguna prueba de tal afirmación, publicó la agencia Reuters que recordó la anterior afirmación rusa en el sentido que los Estados Unidos se beneficiarían de los ataques a la infraestructura energética de Europa.

"Las sanciones no fueron suficientes para los anglosajones: pasaron al sabotaje. Es difícil de creer, pero es un hecho que organizaron las explosiones en los gasoductos internacionales Nord Stream. Empezaron a destruir la infraestructura energética paneuropea. Está claro para todos quién se beneficia de esto. Por supuesto, quien se beneficia lo hizo", aseguró.

Es probable que la acusación de Putin sea rechazada con contundencia por los países europeos como ya lo hicieron los Estados Unidos, escribió Reuters.

Los países de la Unión Europea, que dependían en gran medida de Rusia y que ahora tratan de encontrar suministros de gas alternativos, afirman que creen que las fugas han sido causadas por un acto de sabotaje, pero abstuvieron de nombrar a nadie.

Los gasoductos Nord Stream, que no estaban bombeando gas a Europa cuando se descubrieron las fugas, si bien tenían ese combustible en su interior, están en el foco de un enfrentamiento energético entre Occidente y Rusia desde su invasión de Ucrania, alimentando una crisis del costo de vida.

La Unión Europea sigue investigando cómo estallaron esta semana los gasoductos rusos Nord Stream 1 y Nord Stream 2, que vertieron gas en el mar Báltico, frente a las costas de Dinamarca y Suecia, donde equipos de sismólogos registraron explosiones.

El gas seguirá fluyendo del Nord Stream 1 hasta el domingo, según informó el viernes la agencia danesa de la energía, aunque se espera que la fuga en el Nord Stream 2 cese el sábado.

El incidente de los gasoductos llevó a los países europeos a intensificar la vigilancia sobre otras infraestructuras críticas, que parecen de repente mucho más vulnerables

Italia, que fue una de las primeras en desprenderse de los suministros rusos, reforzó la vigilancia naval y los controles sobre los gasoductos que llevan el gas al país desde el sur y el este, según comentaron altos cargos a Reuters.

Esto incluye el gasoducto TransMed, que conecta Argelia con Sicilia, el gasoducto Transadriático (TAP, por sus siglas en inglés), que va de Azerbaiyán a Apulia, y la conexión GreenStream entre Libia y Sicilia.

Roma también elevó la alerta sobre el gasoducto Trans-Austria (TAG, por sus siglas en inglés), que lleva el combustible desde los países nórdicos hasta el noreste de Italia.

Mientras tanto, el operador de la red eléctrica de Polonia anunció el viernes la realización de controles en un cable submarino que transporta energía desde Suecia, el cual atraviesa los gasoductos Nord Stream dañados.

El proyecto Baltic Pipe, presentado esta semana, también está en el punto de mira. El Baltic Pipe, rival de la red Nord Stream, transportará gas a los mercados danés y polaco y a los usuarios finales de los países vecinos a partir del 1 de octubre.

"El riesgo para los flujos de gas a corto plazo ha aumentado considerablemente, por el temor a que se produzcan nuevos sabotajes en los gasoductos críticos de importación. La posibilidad de que se produzcan nuevos actos de sabotaje en infraestructuras críticas es un riesgo creciente, que elevaría el riesgo de que la guerra se convierta en un conflicto regional más amplio", señaló una nota de Fitch Solutions, citando el Baltic Pipeline.

Noruega, uno de los principales rivales de Rusia en el suministro de gas, desplegará a sus militares para proteger las instalaciones de petróleo y gas contra posibles sabotajes, tras las advertencias de avistamientos de drones no identificados en septiembre.

El regulador energético alemán pidió en una entrevista con Reuters más protección para las infraestructuras energéticas críticas.

Sin gas fluyendo por los Nord Stream en un futuro previsible, los países europeos se apresuran a asegurar más suministros de energía y tratan de amortiguar a los hogares de la explosión de los precios desde el año pasado.

Los países de la Unión Europea acordaron el viernes imponer gravámenes de emergencia a los beneficios extraordinarios de las empresas eléctricas, e iniciaron unas conversaciones más tensas para imponer un límite al precio del gas en todo el bloque.

Alemania presentó el jueves un paquete de ayuda de 200.000 millones de euros para empresas y ciudadanos, en lo que el Gobierno del canciller Olaf Scholz calificó de respuesta contundente a lo que llamó la "guerra energética" de Rusia contra Europa.

En los Países Bajos, los ciudadanos han empezado a hacer acopio de madera y carbón para ahorrar en las facturas de gas, que se han disparado.

Polonia y la República Checa solicitaron a la Comisión Europea que reactive un proyecto de gasoducto estancado que conecta ambos países.

Los operadores de las redes de gas de Bulgaria, Rumanía, Hungría y Eslovaquia también propusieron enviar a Europa el suministro adicional de gas natural prometido por Azerbaiyán.