El Kremlin expresó este lunes su preocupación por la situación en Níger, cuyo presidente fue derrocado la semana pasada en un golpe de  Estado condenado por muchos países pero acogido con beneplácito por el jefe del grupo mercenario ruso Wagner, que tiene amplios intereses en África. 

En una llamada con los periodistas, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que "lo que está sucediendo (en Níger) es motivo de gran  preocupación".

"Estamos a favor de la pronta restauración del estado de derecho en el país, estamos a favor de la moderación en todos los lados para que esto no provoque víctimas humanas", señaló Peskov.

Los líderes golpistas de Níger declararon al general Abdourahamane Tiani como nuevo jefe de  Estado el viernes pasado, días después de decir que habían derrocado al presidente Mohamed Bazoum en la séptima toma militar en África occidental y central en menos de tres años.

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Las naciones de África Occidental impusieron sanciones y amenazaron con usar la fuerza si los líderes del golpe no reinstituyen a Bazoum en una semana.

En un mensaje de voz publicado la semana pasada en los canales de las redes sociales vinculados al mercenario ruso Grupo Wagner, su fundador Yevgeny Prigozhin pareció respaldar el golpe y ofrecer los servicios de sus combatientes a la junta.

Prigozhin no reclamó su participación en el golpe, pero lo describió como un momento de liberación largamente esperada de los colonizadores occidentales.

La relación de Prigozhin con el Kremlin no estuvo clara desde que protagonizó un motín fallido el mes pasado con el objetivo de derrocar a sus antiguos rivales en el Ministerio de Defensa en Moscú.

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Sin embargo, su Grupo Wagner sigue siendo un actor clave en la política exterior de Rusia en África, destalló la agencia de noticias Reuters, según la cual se convirtió en una fuerza influyente en el vecino de Níger, Mali, desde un golpe de estado en 2021 allí, y tiene una presencia más antigua en la República Centroafricana y Libia.

El papel de Wagner en África es motivo de preocupación para los gobiernos occidentales.

Estados Unidos lo acusó de atrocidades y le impuso sanciones mientras que Prigozhin se encargó de aclarar que su grupo funciona legalmente. 

Prigozhin parece continuar disfrutando de la libertad de movimiento a pesar de que el Kremlin indicó el mes pasado que era un acuerdo posterior al motín que lo trasladaría a la vecina Bielorrusia, donde algunos de sus hombres ya comenzaron a entrenar al ejército.

Dos semanas atrás, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó: "El Grupo Wagner simplemente no existe".