El Parlamento autónomo de Escocia aprobó la ley que reduce la edad mínima para solicitar el cambio de género, de los 18 a los 16 años, y además elimina la necesidad de contar con un certificado médico de disforia de género, es decir, de disconformidad.

Asimismo, los solicitantes deberán firmar una declaración en la que aseguren que vivieron al menos tres meses identificados con su nuevo género -seis meses en caso de menores de 18 años-, en lugar de tener que presentar pruebas de que han vivido con su nuevo
género durante dos años, como requería la normativa anterior.

También se establece el denominado “periodo de reflexión”, de tres meses, luego de los cuales el solicitante debe confirmar que mantiene su decisión de cambiar de género.

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El texto, que fue aprobado por 86 votos contra 39, ya generó polémicas, que se expresaron a través de manifestaciones, a favor y en oposición de la nueva ley. 

Por su parte, el Gobierno de Nicola Sturgeon -ministro principal de Escocia- sostiene que la nueva ley mejora un proceso intrusivo para las personas transexuales, mientras que en sentido contrario se sitúan voces como la de la escritora a J.K. Rowling, autora de la saga de Harry Potter, bajo la premisa de que esta ley quita derechos a las mujeres.