Oficina de DDHH de ONU denunció una escalada de violencia en Myanmar
Más de 1.300 personas han muerto a manos de las fuerzas de seguridad, según los datos recogidos por oenegés del país.
La oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció este viernes que en Myanmar se está viviendo una escalada alarmante de violaciones de derechos y libertades, tras la reciente muerte y quema de 11 civiles, cinco de ellos menores de edad, por parte de las Fuerzas Armadas.
A su vez, denunció que tras más de diez meses de instaurarse la junta milita en el poder, la represión ha llegado a niveles que consideró “sin precedentes”, con graves violaciones registradas diariamente, como el atropello indiscriminado a manifestantes pacíficos en Rangún, urbe más grande del país, y otras ciudades.
Unas 1.300 personas han muerto tras el golpe de Estado y la cifra de detenidos alcanza más de 10.600.
En opinión del vocero de la alta comisionada, Rupert Colville, estamos en momentos de una respuesta “firme, unida y decidida” por parte de la comunidad internacional, a la que se ha instado a “redoblar esfuerzos” en favor de la rendición de cuentas y de la restauración democrática en el país.
Este viernes, los birmanos dejaron las calles desiertas para protestar contra la junta militar, en una “huelga de silencio” en medio de una ola de indignación tras la condena de la líder Aung San Suu Kyi, depuesta tras el golpe de Estado.
Tomando en cuenta el Día Internacional de los Derechos Humanos, la huelga preveía paralizar las actividades públicas de Myanmar entre las 10H00 y las 16H00 horas (16H30 y 22H30 GMT), para desafiar a las fuerzas militares.
Las arterias principales de Rangún quedaron casi vacías y sin tráfico a plena luz del día, al tiempo que los comercios permanecieron cerrados según reseñan medios internacionales.
“La huelga de silencio es quizá una de las formas más difíciles de huelga porque no podría hacerse sin la cooperación y la participación masiva de gente. Otro hito del pueblo birmano”, indicó el Movimiento de Desobediencia Civil en Myanmar.
Cerca de 1.323 personas han muerto, entre ellos cientos de infantes, según registró la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) de Myanmar. LA mayoría, a manos de disparos de policías y soldados contra las manifestaciones, otro por torturas en cautiverio o bombardeos contra aldeas civiles.