Una misión de las Naciones Unidas arribará a Nagorno Karabaj por primera vez en 30 años para supervisar el trato recibido por civiles luego que en la región Arzebaiyán anunciara la disolución de la República de Artsaj, mientras se estima que ya huyeron a Armenia 100 mil de los 120 mil habitantes de la zona.

La semana pasada, Azerbaiyán reclamó la "soberanía" en Nagorno Karabaj tras un ataque que se prolongó durante unas 24 horas y su gobierno anunció en las últimas horas la llegada de emisarios de la ONU.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán -que por décadas ha reclamado el territorio como propio y afirmó haber "recuperado" la soberanía de la zona la semana pasada- anunció este viernes que una delegación de la ONU arribará a Nagorno Karabaj "en los próximos días".

“Una vez presentes (en Nagorno Karabaj), el equipo buscará evaluar la situación en el terreno e identificar las necesidades humanitarias tanto para las personas que han permanecido como para las que se han desplazado”, aseguró el viernes 29 de septiembre Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de Naciones Unidas.

Dujarric agregó que es esencial que todas las partes involucradas respeten el derecho internacional y que el foco de la misión de la ONU será la protección de la población. Bakú anunció el ingreso de la misión humanitaria días después de que gobiernos occidentales, como Estados Unidos y Alemania, urgieran a Azerbaiyán a permitir la entrada de observadores internacionales para vigilar el trato que están recibiendo los civiles en el enclave por parte de las fuerzas azeríes.

Samantha Power, directora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), afirmó la semana pasada que había conocido "informes muy preocupantes de violencia contra civiles".

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Sin embargo, el Gobierno de Azerbaiyán rechazó las acusaciones y asegura su intención de "integrar" a la población de etnia armenia a su país.
La mayor parte de los armenios que habitaban el enclave huyó en los últimos días, al señalar temores de una "limpieza étnica", por parte de las tropas azeríes, dado el contexto violento entre las dos partes del conflicto.

Más del 80% de los armenios étnicos de Nagorno Karabaj escaparon del territorio. Filippo Grandi, alto comisario de ACNUR, hizo un llamado urgente a la ayuda humanitaria internacional. “Muchos están hambrientos, exhaustos y necesitan asistencia inmediata”, alertó en su cuenta de la plataforma X.

Armenia también solicitó este 30 de septiembre asistencia a la Unión Europea para gestionar la masiva llegada de refugiados. Particularmente, con los centros de acogida temporales y suministros médicos, informó la oficina del primer ministro de Italia, agregando que Roma está trabajando por promover la estabilidad de la región, indicó el sitio de France 24.

La mayoría de las personas que salen de Nagorno Karabaj tiene familiares o amigos en Armenia, pero 32.200 personas necesitarán alojamientos gestionados por el Gobierno, indican las autoridades locales.

La salida masiva de personas ya había iniciado tras la rendición de las fuerzas armadas del enclave el pasado 20 de septiembre -cuando se cumplieron 24 horas del sorpresivo ataque de Azerbaiyán que dejó al menos 200 personas muertas-, pero el éxodo se acelera, especialmente luego de que el pasado jueves 28 de septiembre el presidente del territorio separatista, Samvel Shahramanyan, anunciara la disolución de la autoproclamada República de Artsaj, a partir del 1 de enero de 2024.

Fue el fin de una independencia, que el enclave declaró en 1991 en medio de la caída de la Unión Soviética. En las últimas tres décadas se han registrado dos grandes guerras en la región. Nagorno Karabaj es un territorio internacionalmente reconocido como parte de Azerbaiyán, pero poblado por una mayoría de personas de etnia armenia, en un territorio que ha funcionado con un gobierno autónomo con el respaldo crucial de la vecina Armenia. Los habitantes encararon el primer conflicto a gran escala entre 1988 y 1994.

En 2020, volvió a escalar la violencia: Azerbaiyán, respaldado por Turquía, desencadenó un ataque en Nagorno Karabaj. Frente al Ejército azerí se movilizó el Ejército de Defensa armenio. La paz volvió después de 44 días de ofensivas militares. Sin embargo, desde Armenia, se interpretó como un intento de “limpieza étnica”.