La violencia de las fuerzas armadas de Myanmar, tras arrebatar el poder Ejecutivo a la fuerza y encarcelar a las autoridades elegidas en las urnas, se extiende a más regiones del país.

Aviones del Ejército birmano llevaron a cabo al menos tres ataques durante la noche del domingo 28 de marzo en la frontera con Tailandia, según aseguró Dave Eubank, miembro de Free Burma Rangers, una agencia de ayuda humanitaria que brinda asistencia médica a los aldeanos. Los bombardeos hirieron gravemente a un niño, pero hasta ahora se desconoce que hayan causado muertes.

Un testigo describió el hecho como una "escena caótica", mientras observaba a cientos de personas cruzar la frontera por un río hacia la provincia tailandesa de Mae Hong Son.

“Había muchos niños y mujeres. Parecía que tenían suministros básicos para mantenerse, pero no sé cuánto tiempo pueden durar sin ayuda”, dijo La Rakpaoprai, un hombre que suele comprar productos en la aldea fronteriza.

Los hechos se registraron después de que el domingo una fuerza de la minoría étnica más antigua de Myanmar, la Unión Nacional Karen (KNU), invadiera un puesto de avanzada del Ejército. El evento dejó 10 personas muertas, según señalaron un grupo de activistas y medios de comunicación locales.

Los bombardeos del fin de semana que hicieron huir a unos 3.000 aldeanos a Tailandia representan otra escalada de la violenta represión de los militares a nivel nacional contra las protestas antigolpistas por su toma a la fuerza del poder el pasado 1 de febrero.