Myanmar: el Ejército maneja el país pero nace la resistencia
Cortaron el acceso a la red social Facebook, usina de convocatoria para los opositores al nuevo régimen.
El Ejército de Myanmar ordenó a los operadores de servicios móviles e internet bloquear el acceso a la red social Facebook, el medio más popular en el país utilizado para convocar las protestas y huelgas contra el golpe de Estado del pasado lunes, especialmente tras la reciente formación del Movimiento de Resistencia Civil, reportaron los medios internacionales.
Entretanto, decenas de parlamentarios anunciaron un "gran Gobierno rival", anunció el sitio France24.com
Tras haber protagonizado el golpe de Estado el pasado 1 de febrero y mientras mantiene detenida a la derrocada líder Aung San Suu Kyi, ordenó bloquear Facebook, herramienta usada para convocar y transmitir las protestas contra los militares.
Los usuarios señalaron que la interrupción del servicio comenzó en la noche del miércoles y la empresa de telecomunicaciones Telenor Myanmar confirmó en un comunicado que tanto los operadores móviles como los proveedores de servicios de Internet recibieron la orden del Ministerio de Comunicaciones de bloquear la plataforma “temporalmente”.
La compañía, que forma parte del grupo noruego Telenor, señaló que cumpliría la disposición, aunque le preocupa que se trate de una violación a los derechos de los ciudadanos.
“Se ha ordenado a los proveedores de telecomunicaciones de Myanmar que bloqueen temporalmente Facebook. Instamos a las autoridades a restaurar la conectividad para que la gente en Myanmar pueda comunicarse con familiares y amigos y acceder a información importante”, dijo por su parte un portavoz de Facebook.
La prohibición de la red social más popular del país se produce en momentos en que crece el recién formado Movimiento de Resistencia civil, para oponerse a la toma del poder.
Al menos tres personas fueron arrestadas este jueves en las manifestaciones contra los golpistas, en Mandalay, la segunda ciudad más grande de la nación, según denunciaron grupos de activistas.
Decenas de protestas han sido convocadas y transmitidas a través de Facebook en los últimos días, entre ellas los cacerolazos, las manifestaciones con bocinas de los vehículos que resuenan durante las noches y hasta la huelga de los trabajadores de salud, especialmente respetados por su trabajo frente a la pandemia.
Médicos y enfermeros de 70 hospitales, en 30 ciudades, suspendieron sus servicios desde el miércoles en rechazo al golpe de Estado y sus imágenes portando cintas rojas, alusivas al partido Liga Nacional para la Democracia (LND), de Suu Kyi, han sido ampliamente difundidas en la plataforma virtual.
El rechazo contra la junta militar aumentó aún más tras conocerse el miércoles que le fueron imputados cargos a Suu Kyi, por presuntamente importar de manera ilegal equipos de comunicaciones, en concreto unos walkie-talkies; y al derrocado presidente Win Myint, por supuestamente violar la ley de desastres naturales, luego de que, según los uniformados, convocara a mítines políticos en el marco de las elecciones del pasado 8 de noviembre, cuando estaba prohibida la reunión de más de 30 personas por las restricciones contra el Covid-19.
Aunque las acusaciones no están relacionadas con presunto fraude electoral, con lo que el Ejército justificó el golpe de Estado, sí le permite a las autoridades mantenerlos detenidos durante los próximos días, mientras investigan las supuestas irregularidades, que ya fueron descartadas por la comisión electoral.
El partido político de la líder birmana arrasó en los comicios frente los candidatos del Ejército, al obtener el 83 % de los 476 escaños en juego en el Parlamento, algo que habría enfurecido a los militares e impulsado a tomar el poder a la fuerza.
Este jueves, alrededor de 70 legisladores del LND anunciaron “un gran Gobierno” rival, mientras celebraron una sesión parlamentaria simbólica, ya que el Ejército controla el país y se requiere de al menos 400 congresistas de los 664 que ocupan el Legislativo bicameral para que la sesión sea validadaLos miembros del partido de Suu Kyi iban a iniciar un nuevo período de legislatura con mayoría en el Parlamento justamente el día en que se ejecutó el Golpe de Estado y hasta el miércoles cientos de parlamentarios permanecieron retenidos en un complejo residencial de la capital.
Entretanto, la Organización de Naciones Unidas (ONU) indicó que aumentará la presión internacional para garantizar que el golpe fracase y que se respete la voluntad del pueblo, en referencia a los resultados electorales.
"Haremos todo lo posible para movilizar a todos los actores clave y a la comunidad internacional para que ejerzan suficiente presión sobre Myanmar para asegurarnos de que este golpe fracase", dijo el secretario general dela ONU, António Guterres.
Suu Kyi, de 75 años, pasó alrededor de 15 años en arresto domiciliario por orden del Ejército, entre 1989 y 2010, tiempo en el que fue reconocida por su lucha a favor de la democracia y fue reconocida con el premio nobel de paz en 1991. Pero su posición dio un giro tras las elecciones de 2015, las primeras en medio siglo de dictadura militar.
Fue nombrada líder de facto, compartió poder con el Ejército y su reputación a nivel internacional ha sido cuestionada por defender la represión del cuerpo castrense contra la minoría musulmana rohingya.
Ahora, su libertad vuelve a ser coartada por el Ejército que, encabezado por el general Min Aung Hlaing, promete mantener el control del país por un año bajo el estado de emergencia para luego convocar a elecciones y permitir que el ganador asuma el Gobierno.