Autoridades penitenciarias anunciaron más de 100 fallecidos en el motín de la Penitenciaría Litoral de Guayaquil. 

El número más aproximado tras los sucesivos recuentos, ya en la mañana de este viernes era de 118 muertos, de acuerdo con la Policía y el Servicio de Rehabilitación. Con no menos de 80 heridos.

Este jueves se admitía que la cifra podría aumentar debido al número de heridos y a que aún se esperaba hallar más cuerpos, consignan los medios internacionales.

El Gobierno anunció que la Policía retomó el control del lugar, que se vio revolucionado el martes 28 de septiembre. Ante la gravedad de la situación el presidente Guillermo Lasso decretó el estado de excepción en todo el sistema penitenciario.

"Declárese el estado de excepción por grave conmoción interna en todos los centros de privación de libertad que integran el sistema de rehabilitación social a nivel nacional, sin excepción alguna, por el plazo de 60 días desde la suscripción de este decreto ejecutivo", reza el comunicado emitido desde el Gobierno.

El Servicio de Atención a Privados de la Libertad (SNAI) informó que se produjo una balacera entre internos en la cárcel 1 de Guayaquil, que es parte de un gran complejo penitenciario integrado por varias prisiones. El organismo apuntó que el martes por la mañana "se activó una alerta" en la cárcel "por detonaciones de armas de fuego y explosiones en varios pabellones, por enfrentamientos entre bandas delictivas".

Entre las armas utilizadas, menudearon las granadas, en tanto que muchos cuerpos inertes hallados aparecieron sin cabeza, dentro de un verdadero cuadro de horror, que llevó incluso a preservar algunas imágenes a los medios de comunicación de todo el mundo.

La violencia ha pasado a ser casi permanente en los reclusorios del país, donde los decomisos a los detenidos incluyen fusiles y granadas de fragmentación. "Viene una crisis carcelaria desde al año 2010, con un promedio de 25 homicidios por año, pero que se acelera significativamente a partir de 2017 hasta el pico de este (...) debemos haber pasado ya los 160 homicidios", expresó a la AFP el ecuatoriano Fernando Carrión, experto en seguridad y narcotráfico.

Hace dos semanas, la cárcel 4 de Guayaquil fue atacada con drones con explosivos en medio de "una guerra entre cárteles internacionales", sin dejar víctimas pero sí daños materiales, de acuerdo con el SNAI. "Eso nos muestra que ya hay un alarde tecnológico de altísimo costo, que dentro de las cárceles hay más recursos económicos que afuera", sostuvo Carrión, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Quito.

Los principales centros carcelarios de Ecuador fueron este año escenario de violentos enfrentamientos por el poder entre bandas con unos 20.000 miembros que están  vinculadas  los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, abunda el sitio europeo.

En febrero se registraron amotinamientos simultáneos en cuatro cárceles del país, en las que murieron 79 personas y también hubo escenas de cuerpos decapitados. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó la continua violencia en cárceles ecuatorianas, con capacidad para unas 30.000 personas pero que  albergan a 39.000.

La semana pasada, la Policía decomisó dos pistolas, un revólver, alrededor de 500 municiones de varios calibres, armas blancas, una granada, 12 tacos de dinamita y otros  artefactos explosivos improvisados en una de las cárceles guayaquileñas.