Los votantes de Taiwán eligieron el sábado al candidato presidencial del gobernante Partido Democrático Progresista (PDP), Lai Ching-te, en un rechazo explícito a las advertencias de China de que no votaran por él en unas elecciones que Pekín planteó como unas entre la guerra y la paz.

El PDP del actual vicepresidente Lai, que defiende una identidad propia de Taiwán y rechaza las reivindicaciones territoriales de China, aspiraba a un tercer mandato, algo sin precedentes en el actual sistema electoral taiwanés.

"Hemos escrito una nueva página en la historia de la democracia de Taiwán", dijo a la prensa Lai, favorito durante mucho tiempo en las encuestas, después de que sus dos rivales reconocieron su derrota.

En el período previo a las elecciones, China denunció a Lai como un peligroso separatista, diciendo que cualquier movimiento hacia la independencia formal de Taiwán significaba la guerra, y rechazó los llamamientos de Lai a las conversaciones.

Lai ha dicho que se compromete a preservar la paz y el 'statu quo' en el estrecho de Taiwán y a reforzar las defensas de la isla.

Al mismo tiempo, subrayó la necesidad de cooperar y dialogar con Pekín en pie de igualdad para "sustituir la confrontación", aunque no ofreció detalles concretos.

Pekín aún no ha comentado la victoria de Lai.

Las elecciones no solo fueron sobre China, ya que los electores se mostraron preocupados por cuestiones tan distintas como el elevado costo de la vivienda, el bajo crecimiento salarial y la inestabilidad del suministro eléctrico.

Lai obtuvo el 40% de los votos en el sistema taiwanés de mayoría relativa, a diferencia de la actual presidenta, Tsai Ing-wen, que fue reelegida hace cuatro años con más del 50% de los votos.

El PDP también perdió el control del Parlamento, dijo Lai, lo que podría obstaculizar su capacidad para aprobar leyes y proyectos de gasto.

Sin embargo, ofreció una apertura a sus oponentes al decir que incluiría a talentos de sus partidos.

Lai afirmó que cooperaría con sus rivales electorales, Hou Yu-ih, del Kuomintang (KMT), el mayor partido de la oposición de Taiwán, y Ko Wen-je, exalcalde de Taipei, del Partido Popular de Taiwán, para resolver los problemas.

Durante los comicios, cientos de miles de jóvenes taiwaneses acudieron en masa a los mítines celebrados por Ko, que se ha erigido en una nueva fuerza en el panorama político de Taiwán con aproximadamente una cuarta parte de los votos a pesar de haber quedado en último lugar.

La Constitución prohíbe a Tsai volver a presentarse después de dos mandatos.