Un saldo de 33 personas muertas produjeron de manera instantánea las fuertes lluvias, en tanto que durante el desarrollo de las operaciones de rescate y socorro se agregaron otras cinco hasta el final del martes, según informaron este miércoles las autoridades de Pekín.

Otras 18 personas continuaban desaparecidas, incluyendo un rescatista, indicó en conferencia de prensa Xia Linmao, vicealcalde de la capital china.

Los fallecimientos estuvieron relacionados principalmente con desastres causados por los aguaceros, como inundaciones y derrumbes de viviendas. 

Del 29 de julio al 2 de agosto, la ciudad fue azotada por lluvias torrenciales generadas por el tifón Doksuri, las cuales fueron las más fuertes  desde que comenzaron a llevarse registros hace 140 años.

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Las inundaciones resultantes afectaron a cerca de 1,29 millones de personas y alrededor de 15.000 hectáreas de cultivos. 

Las cifras podrían crecer en la medida que continúa la evaluación de las pérdidas materiales, afirmó Xia. 

Las lluvias ocasionaron daños significativos a las infraestructuras en áreas montañosas, afectando el suministro de agua en 507 aldeas, interrumpiendo las comunicaciones en 342, llevando a la suspensión del transporte en 256 y desencadenando cortes de electricidad en 273, al igual que en 16 comunidades residenciales.

Gracias a los incansables esfuerzos de auxilio y recuperación, la mayoría de estas aldeas lograron restablecer su suministro eléctrico, el agua potable, los servicios de telecomunicaciones y el transporte, destacó la agencia de noticias Xinhua.

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Pekín también garantizó que los artículos de primera necesidad, los suministros de emergencia y el tratamiento médico estén  disponibles para la población damnificada.

Además,  adoptó rápidas medidas para iniciar las labores de prevención de epidemias luego de las emergencias, aseguró el funcionario.

La ciudad formuló un plan de recuperación y reconstrucción cuya implementación será acelerada, declaró Xia.

Alerta azul por otro tifón

El observatorio nacional de China continuó emitiendo este miércoles una alerta azul por el tifón Khanun, el sexto de este año, que traerá una nueva ronda de lluvias torrenciales a las provincias del noreste del país.

Se espera que fuertes lluvias, generadas por el tifón, azoten las provincias de Jilin y Heilongjiang a partir del jueves, y algunas áreas pueden verse afectadas por tormentas, según pronosticó el Centro Meteorológico Nacional.

Khanun está trasladándose hacia el noroeste a una velocidad de 15 km por hora y tocaría tierra en la costa meridional de la península  coreana el jueves por la mañana, de acuerdo con la misma fuente.

Se prevé que las tormentas golpeen algunas regiones en el sur del río Yangtse, así como partes del sur de China y la provincia de Yunnan en los próximos tres días, indicó el centro.

Igualmente, instó a las autoridades locales a prepararse para la respuesta de emergencia al fenómeno y permanecer en alerta máxima ante posibles inundaciones y desastres geológicos.