La portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Marta Hurtado, declaró en Ginebra que "estamos profundamente alarmados por los acontecimientos ocurridos en la ciudad de Cali (suroeste) en Colombia la pasada noche, cuando la policía abrió fuego contra los manifestantes que protestaban contra la reforma tributaria, matando e hiriendo a varias personas, según la información recibida".

La ciudad de 2,2 millones de habitantes ha sido militarizada desde el viernes por orden de Bogotá. La secretaría de Seguridad local registró este martes cinco muertos y 33 personas heridas durante manifestaciones y desmanes la víspera.

El Defensor del Pueblo (Ombudsman), Carlos Camargo, denunció que una persona de la entidad, junto a otro de la Procuraduría –encargada de indagar irregularidades de funcionarios– y tres defensores de derechos humanos, fueron atacados por la fuerza pública mientras asistían a detenidos en Cali.

El alcalde de la ciudad prometió que se investigarían los hechos para determinar las responsabilidades.

La movilización había comenzado el miércoles pasado en rechazo de una reforma fiscal, que el domingo fue retirada por el presidente Iván Duque, pero igual derivó en graves protestas contra el Gobierno y choques de los manifestantes con la fuerza pública en varias ciudades colombianas, con epicentro en Calí, en el valle de Cauca.

El presidente de Colombia dio marcha atrás con la reforma tributaria, pero el Paro Nacional igual sigue

Este martes, 6 días después del inicio de la movilización organizada por Paro Nacional, amanecieron bloques en las calles y en las vías de acceso desde la capital Bogotá hacia la tercera ciudad del país.

La funcionaria Hurtado hizo "un llamado a la calma (...) Dada la situación extremadamente tensa, con soldados y policías desplegados para vigilar la protesta".

El secretario general de la ONU, António Guterres, en tanto, subrayó a través de su portavoz la importancia de que el Gobierno de Colombia permita las protestas pacíficas.

"Lo que es primordial es que el Gobierno permita a la gente expresarse de forma pacífica y manifestarse pacíficamente. Esos son derechos básicos y esa es nuestra postura",declaró Stéphane Dujarric, cuando le preguntaron al respecto en su conferencia de prensa diaria.

Dujarric aseguró que la Secretaría General de la ONU está siguiendo de cerca la situación en Colombia, donde una ola de protestas ha dejado al menos 19 muertos y 800 heridos.

Velatorio popular

Defensores de derechos humanos y ONG denunciaron amenazas y casos de violencia policial, que incluyen civiles muertos a manos de uniformados.

La Unión Europea se sumó a las advertencias y pidió "evitar el uso desproporcionado de la fuerza".

La Defensoría del Pueblo registró el lunes además 89 personas desaparecidas durante las jornadas de protesta en el país. Por su parte, el Ministerio de Defensa contabilizó 846 heridos, de los cuales son 306 civiles.

Ese mismo día, los residentes de la Comuna 20 de Cali, el primer y más grande barrio informal caleño, habían organizado un velatorio en la rotonda que conecta al barrio con el resto de la ciudad, en honor a los manifestantes muertos tras cinco días de violentas protestas.

"Había niños y madres, era un ambiente familiar", dijeron los lugareños.

"Hacia a las 8:30 p. m. empezamos a escuchar que venía el Esmad (el Escuadrón Móvil Antidisturbios)… luego llegó un helicóptero en el que sonaba el himno nacional y se emitía una luz reflectora como si estuviera buscando gente", recordaron.

Ahí empezó un enfrentamiento en el que se vieron "policías y militares encapuchados disparando armas semiautomáticas y fusiles".

El martes, la comunidad de Siloé, como también se conoce al barrio, dio cuenta de varios fallecidos y desaparecidos y ahora esperan realizar un nuevo velatorio en su honor.