Estados Unidos registró en octubre la inflación más elevada en los últimos 31 años, al llegar a un 6,2% interanual. Se trata del avance más marcado desde 1990 y afectó a todo tipo de bienes, desde combustible, alquileres y alimentos.

"El informe muestra un aumento en la inflación con respecto al mes pasado. Revertir esta tendencia es una prioridad absoluta", sostuvo el presidente norteamericano Joe Biden. Los trabajos crecieron, los salarios subieron, el valor de las viviendas subió, la deuda personal y el desempleo bajaron", señaló.

En un comunicado, subrayó: "Tenemos más trabajo por hacer, pero no hay duda de que la economía continúa recuperándose y está mucho mejor que hace un año". Así sucede en un escenario en el que el consumo crece y la oferta se ve saturada para poder cumplir con el requerimiento de la demanda, lo que genera el aumento en los precios de los rubros más requeridos, indicaron analistas.

Mientras tanto, la evolución del índice de precios es seguida de cerca por la Reserva Federal. En julio la inflación había marcado otro pico que encendió las alarmas en el mercado, cuando la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), informó que los precios habían subido un 0,9%.

Un incremento en el barril del petróleo junto a una mayor emisión para afrontar la crisis por el coronavirus se presentan como algunos de los motivos que impulsaron el índice. El mercado financiero pone en duda que el proceso inflacionario sea estacional, por lo que se mantiene expectante ante un cambio en los parámetros de la Reserva Federal que puedan derivar en una suba de las tasas de interés.