A pesar de que se enmarcó en un contexto bélico, el reciente encuentro entre Benny Gantz, ministro de Defensa israelí, y Mahmud Abbas,  presidente palestino, es analizado por la prensa internacional como un intento de acercamiento entre ambas partes después de largos años. Poco se conoce aún se sobre los puntos tratados en esa reunión y restan muchos avances, ya que todavía "no hay un proceso diplomático con los palestinos ni lo habrá", de acuerdo con fuentes israelíes que cita la agencia EFE.

El encuentro se dio dos días después de que el presidente estadounidense Joe Biden y Bennett mantuvieran un diálogo en la Casa Blanca, a  pesar de que el primer ministro sigue una línea dura y se opone a la independencia palestina. Pero ha dejado en claro que apoya la construcción de la economía palestina.

La reunión también ha sido catalogada como la más significativa y de mayor nivel entre ambas partes desde que se detuvieron las conversaciones de paz en 2014. Y se da en un momento en que el nuevo Gobierno israelí está conformado por una coalición de diversas posturas sobre la cuestión palestina.

Sin embargo, hay problemas. El movimiento islamista Hamás condenó la reunión. "Reuniones como esta representan la continuación de la ilusión del liderazgo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) sobre la posibilidad de obtener algo para el pueblo palestino a través del fallido camino de  la negociación", afirmó en un comunicado Hazem Qasem, portavoz del grupo.

Para la organización, "este comportamiento profundiza la división política palestina y complica la situación en su conjunto". Finalmente, Qasem agregó que reuniones como la de Abbas y Gantz "animan a algunos en la región que quieren normalizar relaciones con la ocupación (Israel) y debilitan la posición palestina".

Biden defiende las medidas provisionales para el fomento de la confianza entre ambas partes. Una visión muy diferente a la de su antecesor,  Donald Trump, que respaldó la línea dura del ex primer ministro israelí Benjamin Netanyahu frente a Palestina. Trump tomó medidas como el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, territorio disputado entre ambas partes.

Un trasfondo cuasi bélico

El Ejército israelí confirmó que atacó sitios del grupo Hamas en la Franja de Gaza, luego de que cientos de palestinos se enfrentaran con las fuerzas militares en la frontera y lanzaran globos incendiarios hacia el sur de Israel. Los manifestantes protestan contra el prolongado bloqueo israelí, que el vecino país considera necesario por cuestiones de seguridad. El reciente aumento de la violencia transfronteriza está poniendo a prueba la frágil tregua que terminó con los mortales ataques del pasado mayo entre Israel y Hamas, que controla la Franja de Gaza.

"En respuesta a los 'terroristas' de Hamas que lanzaron globos incendiarios contra Israel y los disturbios violentos en la valla de seguridad, simplemente atacamos: un Complejo militar de Hamas y la entrada a un túnel terrorista. Hamas emplea estas tácticas por una razón: aterrorizar a los civiles israelíes. Nosotros los defenderemos", aseguraron las fuerzas armadas a través de sus redes sociales.

Hasta el momento no hay informes de víctimas mortales en los bombardeos sobre Gaza. Sin embargo, sí destruyeron viviendas. "Gracias a Dios, estamos bien, pero la casa quedó muy dañada, las paredes se derrumbaron, los vidrios se rompieron, los azulejos se dañaron y los dormitorios también. Esta es la naturaleza del enemigo, no nos avisaron, sabiendo que tenemos hijos. No somos terroristas ni combatientes, y no somos una amenaza para ellos", dijo Mussa al-Zaanin, un residente palestino y padre de niños pequeños.

Las protestas de cientos de palestinos en la frontera se han reanudado para exigir que Israel alivie el bloqueo que durante años ha impuesto al empobrecido enclave de dos  millones de habitantes. La movilización se tornó violenta cuando algunos de ellos lanzaron globos incendiarios hacia el territorio israelí y quemaron neumáticos. Los militares  respondieron con el disparo de gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.

El Ministerio de Salud de Gaza informó que once palestinos resultaron heridos en los enfrentamientos, tres de ellos por fuego real. El sábado, los habitantes de Gaza enterraron a Omar Hassan Abu al-Nile, un niño de 12 años, quien murió a causa de sus heridas una semana después de recibir disparos de las fuerzas israelíes durante los enfrentamientos fronterizos.

Aunque el movimiento islamista ha señalado que convocó a estas manifestaciones para presionar a levantar el cierre, en ellas también participan cientos de civiles. Ellos aseguran que se cansaron de las restricciones dentro y fuera de su territorio que les impide movilizarse libremente y han devastado su economía. Todos los bienes con destino a Gaza a través de Israel deben someterse a una inspección de seguridad antes de ser permitida su entrada.

"La ocupación sionista tiene todas las repercusiones y consecuencias del endurecimiento del asedio a Gaza y la escalada de la crisis humanitaria entre sus residentes (…) No se logrará la calma ni la estabilidad mientras nuestro pueblo carezca de una vida libre y digna", afirmó el portavoz de Hamas, Fawzi Barhoum.

Israel argumenta que la barrera que construyó entre los dos territorios entre 1994 y 2005, sumado al fuerte control militar, es necesaria y surgió como medida de seguridad para detener la infiltración de terroristas, incluidos extremistas suicidas. También para supuestamente evitar que Hamas desarrolle sus capacidades militares. 

No obstante, la última escalada de violencia se produce luego de que a mediados de agosto Israel relajara algunas restricciones al comercio en la Franja de Gaza y Egipto aliviara un bloqueo recientemente impuesto. El enclave se encuentra aislado por ambos países desde que Hamas se apoderó de él en 2007.

Pese a la nueva tensión, en la misma jornada el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, se reunió con el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz. Éste aseguró a Abbas que su país tomaría medidas para fortalecer la economía palestina, según un comunicado de su oficina. "También discutieron la configuración de la situación económica y de seguridad en Cisjordania y Gaza (…) Acordaron seguir comunicándose más sobre los temas que se plantearon durante la reunión", indicó la nota.

Hussein Al Sheikh, miembro del Comité Central de Fatah de Abbas, dijo que la discusión incluyó "todos los aspectos" de las relaciones palestino-israelíes. Las conversaciones de paz entre las dos partes colapsaron en 2014, aunque Israel durante el año pasado alcanzó acuerdos de normalización con varios países árabes, bajo el  patrocinio de los Estados Unidos, describe el sitio France24.com