Una ex ministra y un sacerdote católico, ambos iraquíes, transmitieron sus sentimientos antes de la visita del Papa Francisco.

De sus palabras surge el sufrimiento de las comunidades cristianas en Irak a lo largo de las últimas décadas, sea durante la era de Saddam Hussein o durante las posteriores, signadas por el dominio de diferentes grupos terroristas en un país arrasado en todo sentido.

“Nuestra existencia durante Saddam Hussein no fue mejor. Incluso, fue peor. Hoy tenemos esta libertad para hablar”, explica la exministra y coodirectora de la organización Hammedian, Pascale Wardeh.

Durante más de dos décadas en el poder, Hussein se presentó como un protector de los cristianos, recuerda el sitio France24.com, que entrevistó a dos personas.

Pero ellos aseguran que para entonces muchos de sus derechos no existían, como estudiar en Arameo, su lengua.

Tampoco se les reconocía como asirios, su etnia, sino que estaban enmarcados bajo el concepto de ser árabes que defendía el derrocado dictador.

“Él viene por todos los iraquíes, no solo por los cristianos. Eso también es sectarismo pensar que el viene solo por los cristianos”, explica el cardenal y patriarca de la iglesia caldea Louis Raphael Sako, quien reconoce que las últimas décadas han sido difíciles para los cristianos.

Al Qaeda primero y, luego, el Estado Islámico se ensañaron contra los cristianos. En la última década más de un millón de ellos han dejado el país buscando un refugio seguro y en la actualidad solo permanecen alrededor de 500.000.

Pero el futuro tampoco se ve prometedor ante la visión del patriarca, quien teme al poder de las milicias que se fortalecieron en la lucha contra el autodenominado Estado Islámico.

Dice que esos grupos parecen ser incluso más fuertes que las mismas autoridades oficiales, lo que atemoriza a muchos; especialmente a etnias y sectas minoritarias como los cristianos, yazidis, shabaks y kurdos.